55% de hogares en favor de la aprobación del Cafta
No en vano la confianza y la incertidumbre son contrarios. El hecho de que el costarricense no sepa qué va a pasar con el país (en el corto y mediano plazo) y cómo influirá esto sobre su calidad de vida y la de su familia, empujaron la confianza en la economía a niveles más bajos en setiembre pasado.
Y es que el resultado del Índice de Confianza del Consumidor (ICC) llegó a 3,20 puntos el mes anterior (en una escala de 0 a 10), lo que marca una tendencia de picada severa.
Este índice lo calcula la firma Unimer para El Financiero desde enero pasado y mide la percepción de la población sobre varios aspectos de la economía personal y nacional. Se evalúa a través de cinco preguntas; dos sobre cómo la situación personal del hogar ha cambiado y se espera que varíe; otras dos interrogantes abordan las expectativas en relación con la economía en el corto y mediano plazo. Una más indaga sobre las condiciones actuales para comprar bienes discrecionales.
La medición incluye dos índice más: el ICAE (Índice de Condiciones Actuales de la Economía) y el IEC (Índice de Expectativas de los Consumidores), cuyos resultados por igual tienden al deterioro.
Pero el pesimismo no es exclusivo del costarricense.
La tendencia es similar en otros países del continente. Las razones para ese desencanto tienen coincidencias.
Por ejemplo, en Estados Unidos, donde ese índice tocó en setiembre su nivel más bajo en los últimos 12 años, según el informe de la Universidad de Michigan (la responsable del cálculo), los altos precios de la gasolina tuvieron un impacto significativo en los resultados.
Ese criterio también fue considerado por los costarricenses. Un 91% de estos creen que en los próximos 12 meses los precios aumentarán (el 56% estima que por encima del 15%); efecto que se relaciona en buena medida con los precios de los combustibles. De hecho, un 75,2% consideran que es un mal momento para comprar automóvil, lo cual la gran mayoría (66%) justifica en el costo de los hidrocarburos.
El calculo de la Universidad de Michigan y su metodología es idéntica a la que se aplica en Costa Rica, salvo porque sus datos están indexados con respecto a las cifras de 1966. Asimismo, porque la muestra de su medición considera para las entrevistas a toda la población, mientras que la del país únicamente a jefes de hogar.
Sin embargo, al ajustar sus resultados en escala de la costarricense, se observa que la confianza del consumidor estadounidense se situó en setiembre en 5,15 puntos; es decir, menos de dos puntos por encima del resultado local.
En otras naciones, como Argentina y México, con las diferencias de cálculo, informante y configuración por país, igual se observan -en términos generales- caídas importantes en la confianza.
Marcado pesimismo
En la medición de agosto último el deterioro del ICC se dio por un mayor pesimismo en las expectativas de corto plazo. Sin embargo, para setiembre, la incertidumbre se alarga a un plazo mayor, en particular respecto al rumbo del país.
El 63% de los entrevistados estiman que las expectativas sobre la economía para los próximos cinco años son de desempleo e inestabilidad, lo que significó un aumento 7% respecto a agosto.
Por el contario, en setiembre solo el 18,6% consideró que en ese plazo la economía estaría en buenas condiciones y estable (un mes antes era el 21,8%).
Las expectativas de la situación económica familiar tampoco son halagüeñas. Visto a un año plazo (a setiembre del 2006) se mantienen las altas expectativas negativas y el porcentaje de pesimistas alcanza su punto más alto. El 43% considera que estará peor (a agosto era el 41%).
El nivel socioeconómico del hogar influye de forma significativa en la percepción, siendo las más vulnerables las personas de nivel bajo, pues en la clase media y alta solo la mitad espera un deterioro.
Como ha sido la constante en todas las mediciones, el tema de los precios es el que más afecta las percepciones (igual que salarios bajos). El 77,4% consideró en setiembre que los precios aumentarán más que sus ingresos entre los próximos 12 meses y dos años.
Con igual pesimismo miran las posibilidades de negocio y condiciones de trabajo en ese plazo. Un 44% ve un futuro peor respecto a ese tema, el segundo resultado más alto del año.
Sin duda, tales resultados se asocian mucho a la credibilidad de la política económica del Gobierno. Un 52,9% considera que en ese campo se hace un mal trabajo; lo que significa un incremento de más del 10% respecto al mes de agosto y es el más alto de toda la medición.
| Sí al Cafta
En las últimas cuatro mediciones Unimer ha indagado respecto a la opinión y expectativas de aprobación del tratado de libre comercio entre Centroamérica y Estados Unidos (Cafta, por sus siglas en inglés). En esta última medición un 20% dijo no saber si está a favor o en contra del Cafta, pero son más quienes están favor que en contra (55% contra 25%), sin cambios respecto a agosto pasado (véase gráfico: «A favor del Cafta»). Entre quienes tienen alguna opinión sobre el Cafta, el 81% cree que se va a aprobar, lo que marca una tendencia al aumento en las últimas tres mediciones. Este proyecto sería enviado a la Asamblea Legislativa por parte del Ejecutivo en las próximas semanas. |
Fuente: El Financiero