Confianza del consumidor retrocede en Europa, Estados Unidos y América Latina
La quiebrahuesos que vuelca el ánimo de los consumidores no respeta el domicilio ni los ingresos per cápita . Desde la zona del euro, pasando por Estados Unidos, México y Costa Rica, son diversas las economías que muestran síntomas de contagio.
Índices de Confianza del Consumidor (ICC) de los cuatro puntos cardinales reportaron una nueva caída el mes pasado, lo que confirma una tendencia global que se ha fortalecido en el último semestre.
En Costa Rica, el ICC que elabora Unimer para EF tuvo el mes pasado su sexta disminución consecutiva, desde los 6,3 puntos –de 10 posibles– en diciembre, a solo cuatro. El indicador está en su punto más bajo desde que comenzó el actual gobierno.
La zona euro se mueve dentro de esa tendencia, con una pérdida cercana a los nueve puntos en los últimos seis meses, mientras que en Estados Unidos el ajuste ha sido de casi 40 puntos, desde 90 en diciembre a 50 en junio.
Alfredo Coutino, economista senior para América Latina de Moody’s Economy.com, explica que el descenso del mes anterior es una reacción ante la incertidumbre que rodea la evolución económica de Estados Unidos y otros países del mundo.
Agrega que los temores de que se agrave el cuadro de desaceleración en la producción aumentaron luego de las pérdidas adicionales que reportaron instituciones financieras de varias partes del mundo, el semestre pasado.
En un principio, se observó que las economías emergentes habían resultado más resistentes a la crisis hipotecaria de Estados Unidos de lo que se creía; sin embargo, han tenido que lidiar con otras complicaciones, como la inflación y los altos precios de las materias primas y la energía.
“Los bancos centrales latinoamericanos han sido contagiados por la fobia inflacionaria global”, asegura Coutino. Comenta que esto los ha obligado a apretar las condiciones monetarias de la región (aumentos de tasas de interés), lo cual impactará de algún modo el crecimiento.
Rostro pálido
En América Latina, el ritmo de crecimiento se mantiene alto pero han surgido factores que mellan la confianza y perspectivas de los consumidores. El alto precio del petróleo y el deterioro del crecimiento de Estados Unidos son dos de ellos.
Alejandro Cuadrado, economista para América Latina de Merrill Lynch, explica que Centroamérica es más vulnerable pues es importadora neta de energéticos y más dependiente del comercio con el norte.
55%
de los jefes de hogar ticos expresa que su situación económica empeoró en el último año.
72%
de las familias espera que las tasas de interés de los créditos aumenten en el próximo año.
77%
de los consumidores evalúa que es un mal momento para la compra de automóvil.
La caída en la confianza del consumidor podría tener mayor impacto en los sectores más ligados al consumo, como el comercio, indica Cuadrado. “También sobre los que llevan aparejado inversiones de más largo plazo, como el consumo de bienes durables o construcción”, agrega.
Por su parte, Coutino recuerda que el consumo privado representa alrededor de dos tercios del producto interno bruto (PIB) nacional. “Las decisiones de los consumidores se ven necesariamente reflejadas en un menor crecimiento económico”, señala.
Este es el caso de Costa Rica, país donde el consumo privado es un fuerte aliado del crecimiento. Datos del Banco Central muestran que el gasto de consumo final de los hogares ha representado en promedio el 66% de la producción en el último lustro.
El analista de Merrill Lynch comenta que los datos de Costa Rica hasta el momento no hacen presagiar una desaceleración tan aguda como algunos han creído ver. No obstante, advierte que el crecimiento de los dos últimos años será difícil de repetir.
Dolor de bolsillo
Si los costarricenses le hacen caso a los síntomas que dicen sentir, en los próximos meses debería observarse una desaceleración en el consumo de algunos bienes, sobre todo en aquellos considerados discrecionales.
Hay menos optimismo. La mitad de los jefes de hogar consideraba el mes pasado que la coyuntura era mala para comprar una casa, y tres cuartas partes opina igual al consultarle sobre la adquisición de vehículo.
En la cabeza del 50% de los proveedores retumba la idea de que su situación económica actual es peor que la de hace un año, cifra que a finales del 2007 apenas llegaba al 20%. La inflación y los salarios bajos son señalados como los responsables de este quebranto.
También más personas –el 72%– han interiorizado la posibilidad de que las tasas de interés de los créditos suban en los próximos 12 meses, una percepción que en el 2007 era menos clara.
Edgar Gutiérrez, director de la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica –unidad que participa en la conducción de la encuesta del consumidor de ese centro de estudios –, comenta que también hay razones endógenas que explicarían el ataque de pesimismo.
Propone que hay una pérdida de confianza en la labor del presidente, Óscar Arias, que se une al discurso de vacas flacas y la falta de diálogo en varias agendas y con sectores sociales, que terminaron por postrar el ánimo de la población.
Fuente: El Financiero