La confianza del consumidor mejoró en setiembre pasado, pero aún sigue con valores que demuestran pesimismo en la situación económica de los hogares.
El periodo de desconfianza que vive actualmente el consumidor ya igualó al que se presentó con la pasada crisis económica: son 20 meses consecutivos en que la cifra indica una pobre confianza sobre la economía.
Desde el 11 de febrero del 2011 hasta setiembre del 2012, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) de EF muestra valores iguales o inferiores a cinco puntos.
Esa cantidad de tiempo en la zona de las desconfianza es igual a la vivida en la pasada crisis económica del 2008, cuando el ICC pasó otros 20 meses por debajo de cinco (desde abril del 2008 hasta noviembre del 2009), con la diferencia de que en esa ocasión el indicador tuvo puntuaciones más bajas en comparación con el lapso más reciente.
El ICC se mide en una escala de cero a diez, donde entre más alto el valor, más confianza existe. Una puntuación menor a cinco indica que más bien existe desconfianza por parte del consumidor.
El índice es elaborado por la empresa Unimer para EF con base en una encuesta telefónica mensual a 400 hogares, de los cuales recoge las percepciones sobre su condición económica presente y la expectativa futura sobre la economía.
Sigue el pesimismo
Para setiembre pasado, el ICC fue de 4,3 puntos, lo que refleja una leve mejoría con respecto al mes anterior que fue de 4,2.
El valor aún no muestra una recuperación en la tendencia de largo plazo y la curva con más de un año de historia todavía tiene una inclinación que apunta al descenso.
No obstante, en los últimos tres meses no se ha repetido el valor más bajo registrado del ICC que fue de 4,1, presentado en mayo y junio.
Para el economista Juan Muñoz, al ser el ICC una medición de percepciones, algunas de estas que son negativas pueden influir con más peso en las opiniones, por ejemplo, el incremento en las tasas de interés o aumentos en los precios de los combustibles.
Mientras tanto, los aspectos que se pueden calificar de positivos como la tasa de inflación controlada, la creación de más empleo o el tipo de cambio en el nivel más bajo reciben una ponderación baja en la mente de los consumidores, agregó.
Para el economista, es probable que las personas brinden su opinión por las situaciones más cercanas a sus hogares, como la condición de empleo y no tanto por indicadores del país. De esa manera, aunque hayan mediciones que reflejen empeoramiento de las condiciones, la opinión reflejada en el ICC tendría más influencia si en los hogares uno de sus miembros está en busca de trabajo y no lo encuentra.
Sin embargo, no todos ven el consumo contraído. Juan Carlos Álvarez, gerente general de Coopeatenas, afirmó que más bien las ventas en el supermercado de esta cooperativa han aumentado hasta un 40% en comparación con el año pasado.
Álvarez lo atribuye un factor especial, pues en diciembre del 2011 abrieron las nuevas instalaciones en su único punto de venta y agregaron más facilidades, por lo que esto podría ser el motivo que atrae a más clientes.
Ese aumento en ventas tiene consecuencias y sin duda representa un impacto negativo para los competidores que están en la zona, mas no se trata de un aumento espontáneo de la demanda, dijo Álvarez.
Por el lado de los socios de la cooperativa, reconoció que se ha presentado un aumento en la demanda de créditos para hacer frente a la producción agrícola, aspecto que sería un reflejo de una situación económica más apremiante.
Fuente: El Financiero