El optimismo sobre la situación económica se alejó de la mente de los consumidores desde hace tiempo y parece alejarse más, por lo menos en los primeros cuatro meses del 2012.
Tomando en cuenta abril pasado, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) de EF lleva 12 meses consecutivos con una nota menor a 5, y 14 meses con valores iguales o por abajo de ese número. Para el ICC, un nivel menor a 5 significa desconfianza.
El nivel de certidumbre del consumidor en Costa Rica es débil, pues se mantiene relativamente pesimista respecto a su situación económica actual y también con lo que espera para el futuro.
El ICC de abril pasado obtuvo una calificación de 4,4 puntos, idéntica a la de marzo.
Recordemos que este indicador tiene una escala de 0 a 10, donde un nivel mayor a 5 puntos es sinónimo de confianza.
Si se considera la tendencia desde mediados del 2011, el ICC está ubicado entre los valores de 4 y 5 puntos, sin una clara señal de que repunte.
La última vez que el indicador demostró un consumidor confiado en su capacidad de gastos y la condición económica fue en enero del 2011.
¿Por qué sin cambios?
La falta de variaciones en el ICC obedece a que también han permanecido sin cambios los factores que lo componen.
La situación económica actual y su expectativa, las condiciones de trabajo y los pronósticos para el largo plazo han carecido de modificaciones abruptas en los últimos meses y son parte de las razones de los pocos cambios.
Valeria Lentini, directora de proyectos de la firma Unimer y coordinara del ICC, explicó que, en lo que respecta a la situación de las familias, una mayor proporción ha manifestado que sus condiciones no han cambiado y la tendencia apunta a ser estable por más de un año, donde la mayoría de las personas dice que estará mejor o igual.
Por ejemplo, en la situación económica familiar, respecto a un año atrás, en los meses anteriores los que dijeron que estarían peor disminuyeron, pero más recientemente ese porcentaje se volvió a incrementar a niveles similares a los anteriores.
Estas son parte de las razones por las cuales el Índice se ha mantenido relativamente horizontal en su gráfica.
Luis Mesalles, economista de la empresa Ecoanálisis, considera que ese ritmo en el estado de ánimo está relacionado con lo que ha sucedido con su ingreso, el cual utiliza al final para gastar.
El empleo sin variaciones, los salarios creciendo al mismo nivel que la inflación y un impacto en el aumento de las tasas de interés para los que están endeudados o piensan hacerlo, ha terminado por hacerle pensar al consumidor que su ingreso carece de mejoras, llevando consigo a la confianza.
A lo anterior, se deben agregar los encarecimientos en servicios y combustibles que son parte de la resta que se hace al dinero que queda disponible para las familias.
Otros factor que eventualmente influyó en la desconfianza, agregó Mesalles, fue el ambiente complicado que tuvo el entorno económico del país ante la discusión de la reforma tributaria.
Para Mesalles, el mensaje del Gobierno acerca de que la situación sería complicada si no se resolvía mediante el cambio en los impuestos, pudo haber afectado la confianza de las personas, en especial porque el proyecto de ley no prosperó.