El 59% de los consumidores espera una subida en las tasas de interés, en los próximos doce meses
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La mayoría de los consumidores espera un incremento en las tasas de interés de sus préstamos, en los próximos 12 meses.
Esa expectativa está golpeando la confianza del consumidor este año y, por ende, afectando las carteras crediticias de las entidades bancarias, que no crecen al ritmo usual.
La explicación de la percepción de la población se basa en que se han agudizado las alertas de una subida de tipos de interés de referencia por parte de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, y porque no se diluye la presión que pueda ejercer el déficit fiscal sobre las tasas locales.
Más allá del comportamiento de los intereses, la tendencia de la confianza del consumidor ha sido refugiarse en el sector pesimista, en relación con las variables que afectan su consumo, como es el caso del empleo y los negocios.
Esa desconfianza y la expectativa del aumento de tasas se evidencian en la más reciente entrega del Índice de Confianza del Consumidor (ICC), correspondiente a agosto pasado.
Este estudio es elaborado por la firma Unimer para EF, y muestra la valoración del comprador sobre la situación económica del país, sus finanzas familiares y el comportamiento que esperan de esas y otras variables, como las tasas de interés.
En agosto pasado, el ICC se ubicó en 3,6 puntos, el mismo nivel de junio pasado y el más bajo del año.
El índice utiliza una escala de 1 a 10, en donde una cifra mayor a 5 puntos se traduce en más opiniones favorables que negativas, considerado como un escenario optimista.
La metodología del índice es una encuesta telefónica a 400 jefes de hogar, a los que se les realiza cinco preguntas sobre la economía familiar y nacional. La encuesta se realizó del 3 al 24 de agosto pasado.
En esta última entrega, el ICC arrojó que el 59% de los consumidores espera un aumento en las tasas de interés en un período de un año, al mismo tiempo que solo 6% considera que bajarán.
La población que está de acuerdo con la posible alza de las tasas posee un nivel socioeconómico medio.
En contraposición, el grupo que piensa que ese indicador bajará está compuesto por personas de nivel socioeconómico bajo y que cursó hasta secundaria.
Esa incertidumbre genera un traslape en la decisión de si es o no un buen momento para comprar casa.
El 61% de la población considera que no es ocasión para adquirir una vivienda, mientras hace un año atrás esa cifra era menor (43%).
Además, el 60% no cree que sea buena idea comprar vehículo, 6,5 puntos porcentuales más que hace un año.
Otro de los resultados que mostró el ICC es la continua valoración pesimista sobre la falta de trabajo.
El 63% de los jefes de hogar concuerda con que el desempleo se complicará en los próximos doce meses, mientras hace un año ese grupo representaba el 49,8%.
Proyección hacia arriba
El mercado financiero cuenta con suficiente liquidez, tanto en colones como en dólares, hecho que es un tanto inusual, pero ha permitido que las entidades no presionen al alza las tasas de interés.
Sin embargo, existen elementos que incitan la desconfianza y la incertidumbre sobre el comportamiento que las tasas tendrán el próximo año.
Por un lado, los mercados internacionales están a la espera de la decisión de subir las tasas en Estados Unidos de la Reserva Federal (Fed), anuncio que, sin duda alguna, encarecerá los recursos en moneda extranjera y, por ende, repercutirá sobre las tasas de interés en dólares a nivel local.
El 19 de agosto pasado, trascendió que la Fed consideraba que la subida de tipos de interés de referencia se aproximaba, debido que la economía estadounidense ya da señales de crecimiento sólido y el desempleo se mantiene bajo.
- UU. revisó al alza el crecimiento obtenido en el segundo trimestre de este 2015, pasando de 2,3% a 3,7% anual.
Diversos analistas explican que esa consolidación de la actividad económica y la baja tasa de desempleo (5,3%) serían suficientes para el anuncio.
A esto se contraponen señales confusas sobre el futuro de la economía mundial, en donde están incluidas la reducción del crecimiento de China, la lenta recuperación de la economía estadounidense y la volatilidad de las bolsas de valores, explicó Vidal Villalobos, de Portfolio Advisory Group (PAG), de Scotiabank.
En la otra acera, el déficit fiscal interno se posiciona como el segundo argumento de los compradores para pensar que las tasas de sus préstamos aumentarán.
Para el 2016, el Ministerio de Hacienda proyecta un déficit financiero de 6,9% del PIB, un punto porcentual más alto que lo estimado para este 2015.
El panorama fiscal está caracterizado por una inminente dificultad del país para acceder a recursos frescos para financiar el elevado gasto presupuestado, explicó Maurilio Aguilar, director de riesgo corporativo del Banco Popular.
El presupuesto total para para el próximo año es de ¢8 billones, lo que se traduce en un repunte de 0,54%, con respecto al plan de gasto presentado para el 2015.
Sin embargo, el plan de gastos ordinario y extraordinario tendría un incremento de 4,41% (al excluir amortizaciones de deuda y el pago de intereses). Además, proyecta que la carga de la deuda llegará al 49% del PIB.
El presupuesto de las entidades gubernamentales es rígido. El 31% corresponde al pago de servicio de la deuda, 30% en educación, 11% en pensiones y 5% para el Poder Judicial.
Respecto a la deuda del Gobierno Central, la Tesorería Nacional se ha encargado de aliviar las obligaciones del 2016, mediante canjes de títulos que tenían vencimiento en ese año.
Sin embargo, en medio de la escasa contención del gasto, el Gobierno deberá recurrir a financiarse de manera agresiva, y eso podría presionar las tasas del mercado local.
Otra variable a la que hay que poner atención es la inflación, ya que, en cuanto acaben las condiciones coyunturales que la mantienen baja, el escenario propiciará una subida de tasas, aseguró Villalobos, del PAG, de Scotiabank.
Fuente: El Financiero. 06 de setiembre, 2015