Los números no dejan duda de la confiabilidad de los resultados publicados
Como siempre, en época electoral, algunos candidatos tienden a minimizar, cuestionar y hasta satanizar el valor de los estudios de opinión reduciéndolos a un simple instrumento para medir la competencia final entre aspirantes a la presidencia.
En realidad, las encuestas van más allá de eso; son estudios científicos que generan información valiosa; no existe un medio más eficaz y probado para conocer la opinión generalizada de la población, sino a través de ellas.
No es posible concebir una auténtica democracia sin ese instrumento científico que le permite a la ciudadanía hacerse escuchar en todo momento acerca de eventos nacionales o internacionales de trascendencia, el desempeño de las instituciones y sus autoridades, políticas públicas y en general sobre las decisiones de los gobernantes.
Para aquellos en el poder, constituye un nexo con el pueblo que les facilita conocer el apoyo o rechazo a su gestión, lo que en muchos casos les obliga a rectificar o a persuadir a la población sobre la conveniencia de sus decisiones. Son parte del control ciudadano, necesario para fortalecer la democracia y un mecanismo irremplazable para conocer las preferencias y las motivaciones de la escogencia de los diferentes grupos de ciudadanos en la elección de sus líderes.
Lejos de esa visión, en las últimas campañas electorales y en esta en especial, los candidatos a los cuales no satisfacían los resultados de los estudios, se dedicaron sistemáticamente a desacreditarlos y asediar a las empresas que los realizan. En lugar de explicar y educar para formar una ciudadanía bien informada, prefieren generar la confusión e incredulidad sobre los resultados de las encuestas con la esperanza de que eso favorezca sus intereses electorales, degradando la democracia y un instrumento esencial para esta.
Farsas al descubierto. Pero, finalmente, el resultado de las elecciones colocó las cosas en su lugar, dejando al descubierto esas farsas electoreras. Concretamente, si tomamos en cuenta los resultados de la elección y los comparamos con las tendencias que señalaron los estudios de UNIMER para La Nación, podemos apreciar la robustez de ese instrumento de investigación.
En la última encuesta UNIMER-La Nación publicada el 3 de febrero recién pasado, indicamos que al momento de efectuar el estudio (24 al 30 de enero), doña Laura Chinchilla recibía el respaldo de entre 38.7 y 45.1 % y, por lo tanto, tenía una posibilidad del 80% de ganar en primera vuelta.
Lo que los estudios hacen es registrar tendencias, es decir, la dirección de las preferencias de los votantes medidas en varios estudios; la inclinación mayoritaria por doña Laura Chinchilla fue permanente desde setiembre del 2009 y se confirmó este domingo al obtener, la ahora presidenta electa, un 46.7 % de los votos validos.
En segundo lugar, indicamos que un 71% de los votantes exteriorizaron que saldrían a sufragar y, por lo tanto, el posible abstencionismo sería de 26 a 33%. Efectivamente, un 31% no emitió su voto. De nuevo la tendencia señalada en el estudio fue acertada.
Los resultados de los estudios de UNIMER también mostraron dos fenómenos opuestos: el descenso de Guevara y el crecimiento de Solís. Efectivamente, Guevara perdió apoyo pasando de 30% en la encuesta previa (6 al 12 de enero) a 22.9%, más precisamente de 19 a 26%. Es decir, en las semanas previas descendió hasta perder un 7%, escenario que continuó en los últimos días previos a la elección.
En oposición, en el mismo período Solís ascendió en un 6% pasando de 14% a 20% (de 16.7 a 23.1%). Estas cifras, señalaban una fuerte disputa por el segundo lugar, existiendo la posibilidad de que cualquiera de los dos alcanzara esa posición.
Los resultados de la elección, una semana más tarde muestran una pequeña diferencia con respecto a los indicados por el estudio para Solís, pero lo esencial resultó ser que las encuestas de UNIMER identificaron correctamente las tendencias de crecimiento del candidato del PAC, el cual se ubicó en el segundo lugar con 25.1%. Igualmente se corroboró la tendencia de descenso de Guevara, que quedó en el tercer lugar con 20.8%.
En el caso de Fishman, en la encuesta midió un respaldo de 2.5 a 8.9%; en la elección alcanzó el 3.8%. Y el diputado López obtuvo el 1.9 % de los votos; la encuesta lo ubicaba entre 1.9 y 8.3%.
Igual que en todas las elecciones anteriores UNIMER realizó diversos procesos de investigación y La Nación, una rigurosa publicación para presentar a los costarricenses datos confiables, tal como lo demostraron los resultados de la contienda.
Los números no dejan duda de la confiabilidad de los resultados publicados; sin embargo, creemos que una vez más se ha causado un perjuicio casi imposible de reparar a la investigación de opinión pública.
Lastimosamente, lo insidioso de los ataques hechos a nuestra actividad no nos permite ser optimistas en espera de una rectificación… en cuatro años se repetirán los cuestionamientos infundados a nuestras encuestas, sin tomar en cuenta el acertado historial del Programa de Opinión Pública UNIMER- La Nación.
Fuente: La Nación