Por segunda vez en menos de cinco años la confianza de los costarricenses está en el sótano. La alta inflación y las fuertes alzas en los precios del petróleo revivieron una visión pesimista de la economía que no se observaba desde setiembre del 2005.
El Índice de Confianza del Consumidor (ICC), que Unimer calcula para EF, culminó el 2008 en 3,6 puntos –de 10 posibles–, uno de los niveles más bajos desde el 2005, cuando llegó a 3,2 puntos.
En setiembre de ese año, durante la gestión del presidente Abel Pacheco, los altos precios del petróleo y la acentuada inflación doblegaron el ánimo de las familias. Ambos elementos enturbiaron de nuevo la economía del 2008.
El 82% de los jefes de hogar que afirman estar peor ahora que hace un año, señalan la inflación como la principal responsable. La gasolina cara fue una de las razones más mencionadas por quienes el año pasado afirmaban que era mal momento para comprar automóvil.
Todo esto ocurre en medio de una crisis financiera mundial, el aumento de tasas de interés en colones y las restricciones al crédito, que en el 2008 terminó por llevar a pique al ICC, desde su nivel máximo, en el 2007.
Claro que no todo es negativo. Si bien la confianza permanece maltrecha, la caída del ICC se detuvo desde hace cinco meses, una señal de que el indicador podría haber tocado fondo.
El ICC lo calcula Unimer para EF con base en una encuesta telefónica a una muestra de 400 hogares. En ella se plantean preguntas sobre la situación económica actual personal y del país, así como de las expectativas.
Esto ya se vivió
A pesar de los rasgos en común, la caída en la confianza de los consumidores en el 2005 y el 2008 tienen sus particularidades.
Así como en la actualidad se atraviesa por una crisis financiera que está golpeando el crédito, el empleo y el crecimiento económico, al 2005 hay que abonarle una agenda amplia, con temas áridos.
Para el director de la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica (UCR) e investigador en el Centro de Estudios de Opinión, Edgar Gutiérrez, en ese entonces la desconfianza estuvo acompañada por sentimiento de falta de liderazgo en el país.
4,6 puntos es el promedio del Índice de Confianza del Consumidor en los últimos 48 meses de medición.
Agregó que eso permitió que tomaran fuerza algunos mensajes que apelaban a la necesidad de que “el barco tuviera capitán”, lema que más adelante fue utilizado por Óscar Arias durante la más reciente campaña política.
Por supuesto, existieron otros temas cuya influencia en los ánimos de la población fue destacada en varias de las encuestas de confianza del consumidor que la UCR preparó para ese año.
Sin ir lejos, en el 2005 la discución del Cafta estuvo bastante agitada. El envío del acuerdo comercial a la Asamblea Legislativa fue condicionado por el Ejecutivo a otros proyectos, entre ellos, la fallida reforma fiscal.
También, estaban frescas en la mente de la población los escándalos por actos de corrupción relacionados con el caso Caja-Fischel, que conllevaron al encarcelamiento de dos expresidentes de la República, en el 2004.
¿Y dónde está el capitán?
Según se desprende de la encuesta de Unimer, la variable que más acentúa el pesimismo por estos días es la que mide las percepciones sobre la situación actual, conocida como Índice de Condiciones Actuales de la Economía (ICAE).
Al hablar de expectativas, es decir, lo que esperan los consumidores en el futuro, se percibe una leve recuperación en las perspectivas que tienen las familias sobre su situación, pero se resquebrajó la opinión que tienen del país.
Eso quiere decir que repuntó, en forma leve, la cantidad de familias que esperan estar mejor en un año y tener más ingresos. Pese a ello, la percepción sobre la labor del Gobierno se debilitó y la expectativa de desempleo es la más alta desde el 2005.
Cuando el presidente Óscar Arias se puso al frente del timón, las percepciones positivas de la política económica y de la labor del Gobierno comenzaron a subir de manera vertiginosa.
El 55% de las familias opinó en diciembre de 2007 que el trabajo del Ejecutivo era bueno o muy bueno; en los últimos meses este apoyo se ha debilitado y en la actualidad la cifra bajó a 30%.
Gutiérrez tiene la hipótesis de que la percepción del liderazgo impacta la confianza; si no la hay, la gente se mueve con cautela. “Fueron a las fiestas de Zapote pero no consumieron; salieron el 25 de diciembre de compras para aprovechar descuentos”, añadió.
Los consumidores son pesimistas con el 2009, pero si el crédito fluye, el desempleo se contiene, la economía se fortalece y crecen los argumentos para dejar de lado el discurso de las vacas flacas, el déjà vu será más recuerdo, que pesadilla.
Para el recuerdo
La última vez que el ICC llegó tan abajo fue en el 2005, cuando el país cargaba con una compleja agenda de temas internos.
Alta inflación: En ese momento era una de las principales preocupaciones que se posaban sobre la economía del país. El 2005 cerró con un IPC acumulado del 14%, el más alto de los últimos años.
Cafta incierto: La discusión del acuerdo comercial subió de tono. El envío del proyecto a la Asamblea Legislativa se condicionó a la discusión y aprobación de una agenda paralela, que como punto más espinoso tenía una reforma fiscal.
Salta corrupción: En el 2005 continuaron ventilándose los escándalos de corrupción surgidos un año antes por el caso Caja-Fischel, que salpicaron tanto a políticos como empresarios de alto perfil.
Crecimiento: El Producto Interno Bruto cerró en el 2005 con un crecimiento de 4,1%, cifra que se consideró moderada y con expectativas de contraerse aún más en el 2006, según la meta planteada por el Banco Central, que proyectó un 3,6% para el 2006.
Fuente ICC UCR, Archivo GN y BCCR.