Todavía es muy pronto para asegurar que los consumidores apretarán el acelerador a la compra de vehículos. Aún así, las familias perciben condiciones menos adversas para cambiar de carro, que hace un año.
La aversión hacia la adquisición de automóvil se mantiene alta, pero no tanto como a finales del 2008 y principios del 2009, donde se enmarcó la época más álgida de la crisis.
De manera paralela, otras variables importantes que aumentan las revoluciones a las grandes compras han empezado a estabilizarse.
Las expectativas de ingresos familiares, el empleo, las tasas de interés del crédito y el aumento de los precios tienden a converger hacia niveles menos pesimistas.
Los recientes cambios en la marcha de las expectativas se aprecian en el Índice de Confianza del Consumidor (ICC), que en febrero llegó a 5,7 puntos –de 10 posibles– su punto más alto de los últimos dos años.
Algunos jefes de hogar dejaron de considerar que es un mal momento para comprar carro, y su opinión migró hacia un punto intermedio: ni bueno, ni malo.
En todo caso, las familias de nivel socioeconómico alto y medio, con mayores posibilidades de adquirir un automóvil, se mueven con cautela.
Un 21% de los hogares de ingreso alto consideran que existen condiciones favorables para estrenar carro; sin embargo, se está lejos del 44% que pensaban así en febrero del 2007.
Termómetro
Cuando se necesita un circuito para medir la fortaleza de la demanda de vehículos, el estado de ánimo de los bancos y la agresividad de los concesionarios, la Expomóvil es un buen punto de partida para iniciar.
La semana pasada comenzó la actividad, que se prolongará hasta el 14 de marzo. Bancos como el Nacional y el de Costa Rica informaron que tendrán participación en la feria.
Sin embargo, entidades como HSBC, que en el pasado trasladaron sus tiendas al campo ferial, se abstuvieron este año de participar de manera física, aunque comentaron que mantendrán disponibles sus planes de crédito regulares.
Cristian Soto, gerente de Crédito prendario y personal de HSBC, dijo que atenderán solicitudes desde las sucursales.
Expectativas un tanto más positivas sobre la economía podría hacer que más personas se sienten detrás del volante, aunque no todos se animarán a encender motores.
Fuente: La Nación