Luego de seis meses de repunte, la confianza del costarricense en la economía sufrió un revés en abril pasado. Ese sentimiento, medido por el Índice de Confianza del Consumidor (ICC), se situó en 4,3 (en una escala de 0 a 10), lo que significó un descenso de 0,60 puntos en relación con un mes atrás.
El resultado regresa ese indicador a los niveles que experimentaba al cierre del año anterior (4,27). Este resbalón fue propiciado por una sustancial desmejora de las expectativas de los consumidores al largo plazo (cinco años) y por un estancamiento de las expectativas al corto plazo (un año).
Así lo demuestran los resultados del Índice de Expectativas de los Consumidores (IEC), y el Índice de Condiciones Actuales de la Economía (Icae), que forman parte del ICC y se calculan de forma paralela a este.
El ICC lo calcula la firma Unimer para El Financiero desde enero del 2004, siguiendo los parámetros empleados por la Universidad de Michigan para medir ese sentimiento en los ciudadanos estadounidenses.
La medición se basa en cinco preguntas: dos sobre cómo la situación personal del hogar ha cambiado y se espera que varíe; otras dos sobre las expectativas de la economía del país en el corto y mediano plazo, y una más sobre las condiciones actuales de la familia para comprar artículos discrecionales, como electrodomésticos, automóvil y casa.
Un paso para atrás
El costarricense se mira hoy mejor que un año atrás, a la vez que ligeramente aumenta su confianza al ver su futuro a un año plazo. Sin embargo, al aumentar el tiempo (a cinco años), sus expectativas se deterioran de forma dramática.
El 39% consideró, a abril último, que su situación económica y personal sería mejor dentro de un año, lo que significó una caída de 12 puntos porcentuales en relación con un mes atrás y regresó ese resultado a los niveles de febrero y mazo del 2005.
Por eso solo el 44% dijo que sus expectativas de ingresos en ese plazo sería mayor respecto a la del año pasado.
La inflación es recurrente entre quienes afirman que están y estarán peor. El 72% esperan que haya un deterioro en su poder de compra entre los próximos 12 meses y dos años. De hecho, el 41% consideró que los precios aumentarán el 15% o menos.
El Banco Central tiene como meta que la inflación no sea superior al 11% para este año. En el 2005 ese indicador cerró en 14,2%.
Las deterioradas expectativas familiares también se trasladan o son un espejo de las condiciones con que se mira la economía.
Solo el 36% consideró a abril último que las condiciones de trabajo y negocio en Costa Rica serían mejores en los próximos 12 meses; el 28% opinó lo contrario.
Un mes atrás esos eran el 47% y 17%, respectivamente, lo que muestra el evidente deterioro que sufren esas expectativas.
A cinco años
Las expectativas sobre la economía costarricense en los próximos cinco años no son para nada halagüeñas.
El 49% de los entrevistados consideró a abril último que habría desempleo e inestabilidad, lo que significó una escalada de 12 puntos porcentuales respecto del mes anterior.
De igual forma sufrió un fuerte deterioro el grupo de quienes consideraron que las expectativas sobre la economía para ese plazo serían de buenas condiciones y estables (pasó de 37% a 29%).
Su explicación podría encontrarse en que el 64% estime que en los próximos cinco años la inflación esperada por año superará el 15%. A marzo, anterior ese resultado se situó en el 57,6%,
¿Y las compras?
El 52% de los entrevistados consideró a abril último que son malos tiempos para comprar artículos grandes, lo que significó un leve aumento respecto a marzo (50%).
Quienes opinaron que son buenos tiempos para comprar ese tipo de mercancías se mantuvo similar a los últimos meses, pero continúan siendo la minoría (17%).
Ingreso insuficiente y precios altos siguen siendo los principales enemigos para hacer grandes compras hoy.
Por su parte, entre quienes consideran que es un buen tiempo para comprar, se citan la variedad de precios y la expectativa de que estos vayan a subir.
Al llegar a su fin la administración Pacheco de la Espriella (2002-2006), el 96% de los consultados opinó que ese gobierno estaba haciendo un mal trabajo o simplemente lo necesario.
Fuente: El Financiero