Unimer analizó una etiqueta donde usuarios dicen qué hace a alguien tico.
Análisis de 10.000 tuits detecta juegos, recuerdos, comidas y dichos nacionales.
Empezó el 24 de enero pasado, cuando alguien lanzó en Twitter la etiqueta «#esticosi“ con una frase personal en la cual se postula qué identifica a alguien como costarricense. Comenzaron entonces a sumarse miles y miles de tuits: 10.000 en dos días en una dinámica tan colectiva como espontánea donde cada participante iba dibujando una suerte de identidad de qué es ser tico con trazos de 140 caracteres.
Con un hashtag de anzuelo, empezó a dibujarse sobre la red social un mural electrónico abundante en dichos, comidas, lugares, prácticas vigentes y otras casi extintas, como decir “cortis” al detener un juego de “escondido” o “quedó”.
Unimer Digital (unidad ligada a redes de la empresa encuestadora) detectó la dinámica y consideró tan abultada la cantidad de tuits producidos que empezó a capturarlos.
Otra unidad llamada Unimer Cualitativo, luego analizó y agrupó los tuits y entonces el lienzo virtual arrojó una visión nostálgica, emotiva, burlona y hasta estereotipada de qué identifica a un costarricense según parte de la comunidad de tuiteros criolla.
El grupo opinó, por ejemplo, que un tico ha jugado “zapatito chochinito”, tuvo camiones marca Tonka, voló papalotes, se tiró en cartón por el zacate o jugó una mejenga en la calle hasta el anochecer.
Sin importar cuán hipster , gótico , emo o vegano se sienta, o cuál sea su estilo de vida, o credo religioso, o color político o dónde nació y creció, usted lleva la marca si alguna vez mandó saludos por radio, puso a todos a firmarle la camisa en 6.° grado o construyó una cueva de cobijas y sábanas en el cuarto. Punto extra si usó un foco en esa ocasión.
El sello Made in Costa Rica también estaría en quienes cantaron “chófer, chófer, más velocidad, métale la pata y verá cómo se va” camino a la escuela o al colegio.
También en quienes de niño saludaban aviones con la mano al pasar sobre el patio de la casa, se lanzaron a pescar confites en una piñata, ingirieron “bolis”, “apretados”, “choco-bananos”, “copos” o helados de sorbetera. Punto extra de nuevo a quienes bebieron gaseosas servidas en bolsa plástica.
“El hashtag está en función de los demás, no de mí. Se lee ‘#esticosi’ y creo que por eso tuvo éxito pues resulta más fácil hablar del otro que de uno mismo aunque en el proceso cada tuitero se iba dibujando a sí mismo”, dijo Jorge Villalobos, director de Unimer Cualitativo.
Espacio común. Para Villalobos, el hashtag abrió un espacio donde los participantes depositaron sus experiencias, penas, recuerdos, nostalgias y motivos de orgullo (y vergüenza) sobre su nacionalidad.
“Los espacios de comunicación cambiaron y hoy tenemos menos conversaciones cara a cara. Cuando vimos lo que ocurría en Twitter con esa etiqueta, notamos que aunque fue un intercambio digital era uno personal y cercano”, añadió.
Villalobos cree que el hashtag despertó un sentimiento de contacto casi de amigos o familia ligado a prácticas que brindan un sentido de pertenencia a un país.
El análisis de Unimer llega a tres días de otra edición del Social Media Day, evento mundial impulsado por el sitio Mashable desde el 2010 que reconoce y celebra el poder de las redes sociales y la tecnología en la vida de millones de personas.
Como esperar un capítulo de Heidi ante el televisor; quizás cuando usted aún creía que el Niño Dios traía los regalos navideños; dos de los tuits también mencionados.
Fuente: La Nación. 12 Enero, 2013