Los trabajadores costarricenses se sienten tan estables que no dudan en afirmar que conservarán sus actuales empleos, incluso el próximo año.
A siete de cada diez empleados no les desvela la posibilidad de ser despedidos.
La certeza la expresan con más contundencia el 80% de las personas mayores de 50 años.
Quienes dudan un poco más de su futuro son los jóvenes de entre 18 y 24 años de edad.
Solo el 60% de los trabajadores en ese rango de edad está convencido de que mantendrá su actual puesto de trabajo.
La mayoría de quienes dicen tener seguro su empleo viven en el Gran Área Metropolitana Urbana, son de clase alta y asistieron a la universidad.
En contraste, los costarricenses inquietos por el mañana provienen de zonas rurales fuera del Gran Área Metropolitana, sus estudios llegaron hasta el sexto grado de primaria y pertenecen a la clase baja.
El hecho de sentirse afianzados en sus puestos, no evita que la mitad de los trabajadores sueñe con independizarse y crear sus propios negocios.
Los hombres son quienes tienen más intención de hacerlo.
Ese anhelo lo comparten también los costarricenses que tienen más de 50 años y son de clase baja.
A las mujeres la idea de emprender su propia empresa no les resulta tan atractiva.
La mayoría de ellas prefiere laborar para el Estado, al igual que los menores de 30 años y quienes tienen educación universitaria.
Hoy en día existe un 65% de personas que afirman realizar un trabajo por el cual le pagan.
Son costarricenses con edades entre los 18 y los 49 años y de ellos los hombres llevan la voz cantante en cuanto a labores pagadas; nueve de cada diez así lo manifiesta.
De las mujeres solo el 40% percibe alguna ganancia económica por su trabajo dentro, fuera de su casa o en ambos.
Fuente: La Nación. 14 de abril, 2008