Con su tarjeta de crédito, Minor Brenes paga servicios públicos como agua, luz e Internet y otras compras, pero sin excederse. Sabe que este producto financiero bien utilizado puede ser un aliado útil.
Brenes es uno de los costarricenses que utiliza la tarjeta de crédito; sin embargo, son aún más quienes usan el efectivo o el plástico de débito como medios de pago.
Dicho en números: tres de cada 10 habitantes optan por la tarjeta de crédito frente a seis de cada 10 que prefieren la de débito.
Así lo revela la más reciente encuesta telefónica realizada por la firma Unimer para La Nación entre personas de diferentes partes del país y distintos estratos socioeconómicos.
Aunque la consulta se le hizo a 600 personas, únicamente 173 reconocieron utilizar ahora el plástico crediticio como medio de pago.
La encuesta se hizo entre el 20 y el 26 de junio, tiene un nivel de confianza del 95% y un margen de error de 4 puntos porcentuales hacia arriba o abajo, dijo Mariela Jiménez, jefa de proyectos de Unimer.
Este comportamiento entre la cantidad de tarjetas de crédito y débito en los bolsillos de los costarricenses también la reflejó un estudio divulgado en mayo por la Dirección de Estudios Económicos del Ministerio de Economía.
Ese análisis demostró que en Costa Rica hay 1,5 millones de tarjetas de crédito frente a las más de 4 millones de débito.
Por ejemplo: el Banco Nacional ha expedido hasta ahora 1,8 millones de documentos de débito frente a las 120.000 de crédito, detalló Marco Vinicio Calderón, director de Medios de Pago de la entidad.
Por su parte, el Banco de Costa Rica ha otorgado 90.000 tarjetas de crédito y 1,5 millones de débito, puntualizó Luis Diego Montero, gerente operativo de tarjetas.
Una de las que se encuentra en el grupo de las personas con una tarjeta de crédito es Cris Bartels, quien –ante una consulta efectuada por este medio en Facebook, a mediados de julio– indicó que la obtuvo hace tres meses.
“Nunca había usado tarjetas de crédito. Uso lo que sé que puedo pagar. Aprovecho promociones y descuentos que ofrecen y así me beneficio”, manifestó.
Razones. Aún así, los costarricenses son más proclives a emplear la tarjeta de débito en sus transacciones financieras diarias que aquellos que dijeron hacer uso del plástico de crédito.
Unimer recogió el criterio de estos últimos (173 consultados) para conocer cuántas tarjetas tienen en su mano: la mayoría, seis de cada 10, dijeron tener solo una; dos de cada 10 dijeron poseer dos plásticos y uno de cada 10 aseguró portar entre tres y cinco tarjetas. Los restantes no supieron o no respondieron.
Las razones para tener una tarjeta de crédito son variadas, pero los nacionales aseguran que su principal motivación es atender una emergencia. Así respondieron tres de cada 10 personas.
Otras respuestas que aparecen con menor cantidad de menciones fueron: por necesidad, porque se la ofrecieron, para evitar tener dinero en efectivo, por moda, porque se la regalaron y para financiarse.
La encuesta también preguntó a la gente cuáles servicios o promociones ha aprovechado con su tarjeta. Cuatro de cada 10 entrevistados aseguraron no haber aprovechado ninguna.
No ocurre lo mismo con dos de cada 10 quienes indicaron que usan este medio de pago para aprovechar los sistemas de puntos por premios, e igual número (dos de 10) para disfrutar los descuentos. Otras respuestas fueron millas de viajes y devolución de dinero ( cashback ).
La mayoría de los entrevistados (cinco de cada 10) prefiere tener una tarjeta de crédito de un banco estatal, tres de 10 optan por una entidad privada y el resto prefiere tener plástico de instituciones estatales y privadas.
Eso sí, se consultó a esas 173 personas si tienen tarjetas adicionales y un 77% dijo que no.
El restante 21% (el otro 2% no supo o no respondió) mencionó que tiene otras tarjetas para su pareja, su hijo y sus progenitores, en ese orden de importancia.
No todas las personas encuestadas se ubicaron en el grupo de tarjetahabientes y la mayoría, siete de cada 10, respondió que no tenía este medio de pago, entre otras razones, porque prefieren vivir con lo que tienen o no les gusta el crédito.
Otras respuestas aportadas por quienes se mantienen lejos de las tarjetas: hay que pagar mucho interés, no saben cómo emplearla o gastan mucho, no tienen cómo pagarla o no trabajan e inclusive que tuvo malas experiencias en el pasado.
Explicaciones. José Ignacio Cordero, gerente general de Credomatic, explicó que la razón de una mayor cantidad de tarjetas de débito frente a las de crédito responde a mayores filtros establecidos por los emisores para los futuros clientes de estas últimas tarjetas.
“Una tarjeta de crédito es, precisamente, un sistema de crédito y no todas las personas aplican para su obtención. Hay un riesgo. En cambio, con las de débito, no hay riesgo, ya que son cuentas donde la gente tiene su dinero depositado”, dijo.
El economista Marco Garro, de la firma de consultoría Finanzas Estructuradas, agregó otra explicación: “Los costarricenses tienen cada vez más conocimiento de los alcances de la tarjeta de crédito y (para quienes la tienen) la usan con mayor prudencia”.
Ambos consultados reconocieron que en el país aún se puede crecer en cuanto a la colocación de tarjetas, en la medida en que haya una mayor “bancarización”; es decir, que más costarricenses hagan uso de los servicios financieros.
Sin embargo, hay quienes prefieren seguir optando por el débito, ya sea por convicción o por una mala experiencia en el pasado, como le ocurrió a Juan Carlos Valverde. “Ya no uso. Tuve en el pasado, pero quedé con deudas hasta en los ojos”, expresó enfáticamente.
Fuente: La Nación