La confianza de los consumidores está en el punto más bajo de los últimos tres años. Desde marzo del 2009 no se reportaba un nivel tan bajo como el que se presentó en mayo pasado.
El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) de EF cayó al nivel de 4,1 puntos, lo que acentúa la tendencia decreciente que se ha observado en el último año.
El ICC es un parámetro que mide la confianza del consumidor respecto a su situación económica presente y de expectativas. Utiliza una escala de 0 a 10, donde menos de 5 puntos indica pesimismo, y más de 5, confianza.
El ICC es elaborado por la firma Unimer con base en una encuesta a hogares.
El indicador acumula ya varios meses de no ver la luz de la confianza. Desde mayo del 2011 está por abajo de cinco puntos.
La última vez que el ICC tuvo ese mismo indicador fue en el 2009, cuando se empezaba a recuperar luego de llegar a puntuaciones aún más bajas que coincidieron con el periodo de la crisis económica.
4,1 ICC correspondiente a mayo pasado; en abril y en marzo fue de 4,4 puntos.
57% de los consumidores considera que es un mal momento para hacer grandes compras.
La zancadilla que recibió en el mes pasado obedeció en parte a que las familias externaron un aumento del pesimismo para las expectativas que tienen de la economía en el largo plazo y porque actualmente las personas consideran que no es un buen momento para hacer grandes cosas.
Golpe al bolsillo
Según el economista Hermann Hess, ese descenso en el indicador es un tanto sorpresivo, pues otros indicadores señalan una mejor condición económica, tal es el caso del tipo de cambio y los de la producción.
Sin embargo, el incremento en las tasas de interés se enlista como el principal elemento que puede estar incomodando a los consumidores, dado que es un componente que, cuando varía, tiene la capacidad de modificar el ingreso disponible para gasto de las personas.
En el momento que se estrecha el ingreso, automáticamente se ven deterioradas las expectativas, dijo Hess.
Por el lado del comercio, el ambiente es un poco más optimista.
Silvia Carazo, gerenta de mercadeo de la cadena Toys, detalló que el crecimiento en las ventas se ha mantenido, al punto de compensar las variaciones inflacionarias.
Para la ejecutiva, la particularidad que se presenta desde el 2011 consiste en que el consumidor está tendiendo a ordenar y programar un poco más sus gastos, de esa manera ahora realiza más apartados que antes. Este tipo de compras las puede pagar en tres meses.
Lo anterior lo ven con los productos para bebés y también lo observan para setiembre, cuando comienzan los pedidos de las familias para la temporada navideña.
Fuente: El Financiero