En el último año, la economía costarricense logró recobrar una parte importante de la confianza que las familias perdieron a lo largo de la crisis económica.
La encuesta para medir la confianza del consumidor que prepara Unimer para EF, revela que múltiples variables relacionadas con la valoración de la actualidad repuntaron.
Incluso, el fortalecimiento de tal percepción compensó, en parte, un marcado deterioro de las expectativas, que provocó que en junio el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) bajara a 5,5 puntos (de 10 posibles).
De hecho, la valoración de la situación actual llegó a 4,2 puntos, su nivel más alto de los últimos 17 meses, según lo refleja el Índice de Condiciones Actuales de la Economía (ICAE), uno de los subcomponentes del ICC.
El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) se calcula todos los meses desde enero del 2005, con base en una entrevista telefónica mensual en 400 hogares; su margen de error es de 4,9 puntos porcentuales y la confianza del 95%.
Se basa en preguntas sobre cómo la situación personal y del hogar ha cambiado y cómo se espera que varíe, las expectativas de la economía y las condiciones actuales para comprar artículos.
Durante el 2009 el ICC protagonizó una recuperación sostenida, que lo volvió a colocar en un punto optimista. No obstante, este año tal recuperación se transformó en estabilidad.
Ingresos más que empleo
Para identificar las causas de la mejor percepción que tienen los jefes de hogar sobre el presente, basta escuchar lo que opinan sobre su situación actual.
El 30% de las personas consultadas dijo en junio que su situación económica personal y familiar era mejor que la de hace un año, cuando en mayo esa proporción era del 23%.
Entre quienes están mejor que hace un año, o al menos dicen mantener estable su situación económica, el nivel de ingresos es el factor determinante.
Valeria Lentini, directora de proyectos de Unimer, recordó que por estos días se ha estado hablando mucho del ajuste salarial en el sector privado, por lo que dicho razonamiento podría tener un elemento real.
Por el contrario, quedó rezagada la percepción de que tener empleo y gozar de estabilidad laboral era motivo suficiente para sustentar la sensación de bienestar familiar.
Hace un año, cuando campeaba una mayor incertidumbre laboral, el 42% de las personas atribuían su bienestar al hecho de tener trabajo estable, mientras que por estos días, solo el 19% sostiene este criterio.
Tregua de los precios
Las familias de nivel medio y alto son las que en su mayoría tienden a calificar de manera más positiva su situación económica actual respecto al año pasado.
Empero, entre los hogares de nivel socioeconómico bajo, cerca de la mitad de los consultados aseguró que está peor.
La alta inflación es el elemento que más presiona a las finanzas domésticas de quienes sienten que su situación se deterioró. Aún así, también es una razón cada es menos poderosa.
Si se compara con junio del 2009, en estos momentos hay una menor expectativa inflacionaria.
Lentini comentó que la inflación y el ICC se encuentran altamente correlacionados, en dirección inversa. Esto quiere decir que expectativas de baja inflación se observan en momento donde existe mayor confianza.
Esta percepción también tiene fundamentos reales. Las variaciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC) han tendido a moderarse.
En junio del 2008, cuando la inflación acumulada alcanzaba casi el 13%, el 90% de los jefes de hogar esperaban aumentos en los precios para los próximos 12 meses. En la actualidad, con una inflación más cerca del 6%, esa porción bajó al 73%.
Junto con este indicador, en el último año también mejoró la valoración del momento actual para comprar artículos discrecionales. Si en junio del 2009, 73% decía que las condiciones eran malas, en la actualidad esa cifra cayó a 48%.
Eso sí, este año tendieron a debilitarse las opiniones favorables sobre el Gobierno, uno de las variables que más pueden influir en la confianza de los consumidores.
Fuente: El Financiero