Las elecciones del 7 de febrero pasado demostraron, más allá de toda duda, la falsedad de las aberrantes denuncias, proclamadas por cuatro años, sobre el fraude electoral, directo o mediático; la agonía de nuestra democracia, la maldad de “la gran prensa”, el neoliberalismo como fermento de todos los males, la penetración del colonialismo gringo y todas las desventuras que solo unas mentes preclaras lograban divisar o descubrir…
Quedó probada, asimismo, la mala fe, también por cuatro años, de la mano de la ignorancia, vencible e invencible, contra las encuestas, los otros ogros del derecho electoral. Internet, los medios de comunicación universitarios, conferencias y debates de pensamiento único, profesionales y políticos explotaron a coro contra las encuestas. Sirva de testimonio de este cúmulo de aberraciones la nota jubilosa de un diario digital del 3 de febrero anterior donde una “experta en encuestas denunció la manipulación en las encuestas dadas a conocer en los últimos tres meses por los medios de comunicación”. La realidad la desmiente y vuelve su argumento contra ella.
La directora de esta empresa declaró, en rueda de prensa, que en un sondeo telefónico realizado entre el 30 de enero y el 2 de febrero, entre 1.200 personas mayores de edad, Laura tenía el 35%, Ottón el 15,2% y Otto el 14,8%. Más que los porcentajes importa destacar su conclusión: “Los medios de comunicación o las casas encuestadoras como Unimer, Demoscopía, Borge y Asociados y Cid-Gallup solo hacen proyecciones tomando en cuenta a los decididos”… lo que “pone a ganar a Chinchilla con más del 40%, lo cual no refleja la realidad”. Tampoco es real –dice– que Chinchilla ganará en la primera vuelta.
Un analista, consultor del PNUD, intérprete de la encuesta citada, dijo: “Las encuestadoras o los medios que ponen a ganar a Chinchilla en primera vuelta incurren en un comportamiento antiético y en falsedad ideológica”. Al parecer, este experto y consultor desconoce el sentido de la ética y el contenido del delito de la falsedad ideológica. Esto es, la prensa y las encuestas profesionales integran un atajo de delincuentes. Por su parte, la directora de esa empresa manifestó que “lo mismo (la manipulación) pasó en el referendo y en las elecciones de hace cuatro años”. Y sentenció: “Yo me atrevo a decir que esta elección va a tener un resultado muy estrecho entre el PLN y el PAC”. Y cierra: “En el fondo lo que quiero decir es: señores, pongámonos serios”.
Este es el grito de guerra y de paz por Costa Rica, señoras y señores: “Fuera la mala fe, la mediocridad y la paranoia ideológica. Pongámonos serios, que todo lo demás nos vendrá por añadidura”.
Julio Rodríguez.
La Nación