Aunque la confianza fluye a cuentagotas y el grueso de los consumidores siguen renuentes a comprar electrodomésticos, casas y automóviles, existe un pequeño grupo de la población que ve en la crisis la oportunidad de ahorrarse algunos colones.
Entre un 15 y un 20% de los hogares de nivel medio y alto reconocen que es un buen momento para comprar artículos discrecionales. Su opinión se sustenta con la percepción –cada vez más fuerte– de que en la calle hay buenos descuentos, ofertas y crédito a bajas tasas de interés.
Entre los bienes discrecionales se encuentran electrodomésticos grandes como lavadoras y refrigeradoras. También se clasifican en ese segmento los automóviles y las viviendas.
Ahora bien, el hecho de que algunas familias más acomodadas detecten buenas oportunidades de adquirir artículos en mejores condiciones, no borra que siete de cada diez jefes de hogar encuentren que el momento es malo para ir de compras.
El Índice de Confianza del Consumidor (ICC), que prepara la firma Unimer para EF, mostró una sutil mejoría en julio, tras llegar a 4,5 puntos (de los 10 posibles). Esto significa que la mayor parte de la población considera que la situación todavía luce pesimista.
Claro que de la medición también se rescatan aspectos positivos. Hasta finales del 2008 el ICC permaneció varios meses por debajo de los 4 puntos y no fue sino en julio pasado cuando recuperó su promedio histórico,
Este barómetro de las percepciones en torno a la economía, cuyas mediciones pueden manifestarse en un mayor o menor crecimiento futuro, muestra que las expectativas personales tienden a mejorar por estos días, no así las opiniones sobre el país.
El ICC se calcula con base en una encuesta telefónica a una muestra de 400 hogares. En ella se plantean preguntas sobre la situación económica actual personal y del país, así como de las expectativas.
Como la recuperación de la confianza avanza a paso lento, su sostenibilidad para los próximos meses es incierta. Un factor como el empleo será decisivo para recobrar el optimismo, pero hay otras variables que también pesarán.
Directo al bolsillo
Según Andrés Volio, consultor financiero, la incertidumbre alrededor del empleo, el derrotero de las tasas de interés de los créditos y, en menor medida, el tipo de cambio –por el efecto que tiene en los préstamos en dólares– influirán en la confianza.
“Una recuperación rápida de la confianza del consumidor es poco probable hasta que no haya claridad en cuanto a la recuperación de la economía, y sobre la dirección de las tasas de interés”, aseveró Volio.
La reactivación de la economía y del empleo depende mucho de lo que suceda en el mundo, en especial en los Estados Unidos y Europa. Volio comentó que parece poco probable que este resurgimiento ocurra pronto.
Las tasas de interés también serán críticas pues al ser tan altas el financiamiento es caro, se afecta la rentabilidad de los proyectos de inversión y se limita el deseo de gastar en bienes de consumo discrecional.
En julio, las familias que en los próximos 12 meses esperan tasas más altas en sus créditos aumentó de manera considerable. Seis de cada 10 jefes de hogar piensan de esa forma.
Empresas como Purdy Motor, distribuidor de marcas como Toyota y Daihatsu, han organizado al menos tres eventos y promociones en los últimos meses para atraer compradores.
Como lo describió Luis Mastroeni, gerente de comunicación de Purdy, acompañar esta estrategia comercial con opciones de crédito ha sido uno de los ingredientes claves.
Fuente: El Financiero