Este año, los consumidores tienen un poco más de confianza en la economía, detalle que si se analiza con cuidado vaticina un leve crecimiento en el gasto de los hogares al final del 2010.
Para ser más precisos, un crecimiento en el gasto que podría cerrar entre el 3,4 y 3,8% real, dependiendo de cómo evolucione el optimismo de los jefes de hogar, en los meses que restan.
Esta es la proyección que surge a partir de los datos del Índice de Confianza del Consumidor (ICC), indicador que calcula Unimer para EF desde el 2005.
Luego de 66 meses consecutivos de medir la confianza de los consumidores en la economía, el ICC muestra una fuerte correlación con la actividad económica.
Además, a partir de él, es posible concluir que los cambios en la percepción de la economía impactan el consumo, efecto que se materializará nueve meses después de la medición.
Así las cosas, el repunte que inició el ICC en la segunda mitad del 2009 no fue en vano. La fortaleza que ganó en todo este tiempo permitirá que el consumo privado sea del 3,4% este año si mantiene su nivel actual.
Si se le agregara una pizca más de confianza al Índice, el gasto de los hogares incluso podría subir a un valor más optimista: 3,8%.
Claro, como cualquier estimación, parte de algunos supuestos. Uno de ellos es que el empleo siga mostrando un crecimiento inercial, es decir, que mantenga su tendencia, sin sobresaltos.
De ocurrir esto, el gasto de los ticos crecerá en comparación con el 2009, aunque aún está lejos de los niveles de antes de las crisis.
Parejo y con calma
Moderación es la palabra que mejor define cómo se comporta el gasto de los hogares en este momento. Distintos sectores, como el comercio y los servicios, reconocen que las ventas están mejor, sin ser generosas.
Arnoldo André, presidente de la Cámara de Comercio de Costa Rica, menciona que este año es un poco mejor para el comercio.
Entre los sectores con mayor recuperación menciona las ventas relacionadas con productos plásticos, aparatos eléctricos para el hogar, farmacia y cuido personal, entre otros.
Añade que a la saga marchan las ventas relacionadas con la construcción, sector que no despega; es decir, pinturas, barnices y artículos de ferretería. Y ni qué decir el turismo, en especial el de zonas como La Fortuna (San Carlos) y Guanacaste.
El empresario Carlos Federspiel, presidente de Grupo Federspiel (propietario de tiendas Universal), comenta que el mejor instrumento para medir la confianza del consumidor son las ventas y, en su caso, estas evolucionan mejor que en el 2009.
“Cuando uno está en una crisis, se abstiene de comprar porque no sabe hasta dónde va a llegar. Pero ahora que ya pasó, todo mundo vuelve a gastar porque estaba acostumbrado a tener sus cosas”, agrega.
Alguien que está con la mirada atenta al consumo es José Ignacio Cordero, gerente general de Credomatic de Costa Rica, uno de los emisores de tarjetas de crédito más grandes que hay en el país.
Desde la perspectiva de esa compañía, el consumo está teniendo un efecto moderado en sus niveles de crecimiento. “En términos reales, ha sido de un 4%, este semestre”, manifestó.
Cordero enfatiza que el crédito es indispensable para la reactivación económica; que cualquier acción que lo limite atenta contra la recuperación.
De eso pueden dar fe los concesionarios de vehículos, cuyas ventas sufrieron un bajonazo, en parte por la mala racha que atravesó el crédito.
Para este año, Purdy Motor, distribuidor de los vehículos Toyota, espera una recuperación en las ventas del 15%.
Víctor Morgan, director comercial de esta empresa, explica que la reactivación comenzó a sentirse en octubre del año pasado y que este proceso ha sido lento y pausado.
Suena lógico que la compra de artículos discrecionales se postergue en una recesión. Pero, incluso, servicios de primera necesidad vivieron el apagón.
Hecho en el extranjero
Cuando se habla de consumo final de los hogares, el Banco Central incluye alimentos y bebidas; servicios de transportes y telecomunicaciones y el gasto en bienes importados, como los principales destinos del gasto.
Según Valeria Lentini, directora de Proyectos de Unimer, la erogación en consumo de las familias representó durante el último quinquenio alrededor del 65% de la producción nacional.
“El ICC es importante porque anticipa el gasto, una de las fuerzas de expansión y contracción de la producción”, mencionó.
Al hablar de consumo no solo se incluyen artículos. Por ejemplo, servicios como la salud privada está contemplados.
Henry Carranza, contralor financiero del Hospital Clínica Bíblica, aseguró que en su caso la reducción en la prestación de servicios fue pequeña.
En la primera mitad del año, el hospital experimentó un poco de crecimiento en la demanda de servicios. Para la segunda, el pronóstico es reservado, pues contemplan la posibilidad de un efecto “látigo” en la crisis.
Laura Castro, directora de la Unidad Estratégica de Comercialización de la Empresa de Servicios Públicos de Heredia, aseguró que el consumo promedio de electricidad de los clientes bajó.
Hoy los hogares consumen un 5% menos de energía de la que solían gastar en el 2008, y Castro lo atribuye a la crisis y a los aumentos tarifarios, que estimulan el ahorro en los clientes.
Después de cinco años, el ICC está listo para seguir pronosticando el gasto privado, esa variable que puede bajar cuando el jefe de hogar teme perder su trabajo, o subir porque su salario aumentó y espera una inflación menor.
Fuente: El Financiero