Temor a inflación se acentúa en el primer trimestre y erosiona Índice de Confianza
Para calcular las nuevas tarifas que desde enero aplica en su cadena de gimnasios, Mauricio de la Espriella, presidente de la firma Inversiones en Servicios de Salud, tomó como base la inflación del 2007, o sea, un 10,81%.
Así como este gimnasio, buena cantidad de servicios experimentan un único ajuste anual en sus tarifas, que por lo general se acerca más a las inflaciones de ayer y hoy que a la meta del Banco Central del 8% para este año.
“Con el petróleo a como está lo dudo (cerrar en 8%)”, comenta De la Espriella, quien asegura que, según las noticias que ha escuchado, la elevada cotización de los hidrocarburos seguirá golpeando los precios locales.
Al igual que este empresario, muchas familias empezaron el año con las expectativas ancladas en torno a una inflación de dos dígitos, situación que ayuda a enfriar el optimismo de los consumidores en la economía..
La ventisca quedó registrada en el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) de EF, que en marzo anotó su tercera disminución consecutiva. El indicador cayó a 5,3 puntos –de los 10 posibles –, acercándose cada vez más a terrenos pesimistas.
Entre los componentes que más se han deteriorado está el de las opiniones sobre la situación personal y familiar comparada con la de hace 12 meses. El grupo que manifestó que hoy está peor creció de 21% en diciembre de 2007, a 37% el mes anterior.
El fuerte aumento en los precios de la canasta se perfila como una de las principales explicaciones a esta percepción, acompañada de la queja de que los salarios son menores y los ingresos domésticos insuficientes.
El ICC lo calcula la firma Unimer siguiendo los parámetros de la Universidad de Michigan. Consiste en una entrevista telefónica aplicada a 500 hogares; su margen de error es de 4,4 puntos y la confianza del 95%.
Se basa en preguntas sobre cómo la situación personal y del hogar ha cambiado y cómo se espera que varíe, las expectativas de la economía y las condiciones actuales para comprar bienes discrecionales.
Círculo vicioso
Tasas de interés negativas, inflación por encima de las metas. Todo eso hace que las expectativas de la gente sean un poco menos optimistas, opina Luis Mesalles, economista y socio de la firma Ecoanálisis.
A la vez, dice el analista, le complica al Central su propósito de una menor inflación ya que si los empresarios creen que el costo de sus materias primas va a subir en el corto plazo, de una vez aumentan precios.
24 de cada 100 jefes de hogar considera que el momento es bueno para comprar automóvil.
“Igual, si la gente cree que la inflación va a seguir alta, gasta más ahora, antes de que el valor adquisitivo de su ingreso caiga”, agrega este especialista.
En la encuesta de octubre pasado se percibía un aumento en la cantidad de familias que esperaban que el crecimiento de los precios sería inferior al 10%, pero en la actualidad esta cifra comienza a retroceder.
Hoy, ocho de cada diez familias espera que el índice de precios aumente en el próximo año y casi el 70% de ellas estima que ese incremento será superior al 10%.
Aunque en el primer trimestre del año hubo caídas tanto en la valoración de la situación actual como en las expectativas futuras, la confianza en la economía del mes pasado es más alta que la de marzo de los dos años anteriores.
Esto lo explica, en parte, el buen ambiente que goza la demanda de bienes discrecionales, es decir, la valoración para adquirir electrodomésticos grandes, viviendas y automóviles.
En la compra de casa, 45 de cada 100 jefes de hogar cree que es un buen momento para hacerlo, en la de carro, 24 de cada 100.
Ambas percepciones están en su punto más alto desde que comenzó a medirse el ICC. La sensación de que hay crédito y de que las tasas están bajas mejora la valoración del momento.
De todas maneras este panorama podría dar un giro en los meses siguientes. La encuesta revela que en comparación con las más recientes mediciones, ahora son más las personas que opinan que las tasas de interés subirán pronto.
Fuente: El Financiero