Bosco Ricardo Vallarino conquistó las llaves del edificio Hatillo hace exactamente un año. 160 mil votos de ciudadanos capitalinos lo llevaron a la Alcaldía capitalina, derrotando a sus principales adversarios: el perredista Roberto Velásquez A. y el independiente Miguel Antonio Bernal.
En campaña, Vallarino –un locutor profesional de 53 años– prometió darle un vuelco al Municipio de Panamá a través de su denominado “Plan B”. En ese documento aseguró que modernizaría el Municipio a través de la figura del gerente municipal; que fomentaría la transparencia; que construiría más estacionamientos; que reestructuraría la Policía Municipal para combatir el hampa, y que llevaría una iniciativa a la Asamblea para administrar el transporte público, entre otros aspectos (ver tabla).
El “Plan B” no establecía un plan concreto para solucionar el problema de la recolección de la basura, pero aún está fresca la imagen de Bosco, el candidato, prometiendo que “convertiría la basura en dinero, a través del reciclaje y de la venta de créditos de carbono”.
ES IRREAL
Tras un año del triunfo de Vallarino, y nueve meses de su gestión, dos ex alcaldes, un miembro de la Asociación de Municipios de Panamá y un integrante de la sociedad civil ponen su mirada en el trabajo de Vallarino. ¿Qué tanto ha ejecutado su Plan B? ¿Está cumpliendo con las funciones que la Ley 106 de Régimen Municipal dispone para un alcalde? Más específicamente: ¿Preside el Consejo Municipal? ¿Presenta proyectos de acuerdos? ¿Ordena los gastos de su administración? ¿Está limpia la ciudad? Las respuestas llegan rápido. Todos coinciden que en sus primeros meses de trabajo, Vallarino no ha cumplido con estos aspectos.
Raúl Leis, fundador del Centro de Estudios y Acción Social Panameño (Ceaspa), organismo que trabaja en beneficio del fortalecimiento de los gobiernos locales, considera que el trabajo del jefe de la comuna capital no se acerca a la función para la que fue elegido.
Dice que a Vallarino le falta coordinación, sus planes son irreales, es disperso en su trabajo, no genera consenso y está muy lejos de desarrollar el papel que se puede esperar de un alcalde.
El presidente de la Asociación de Municipios de Panamá (Amupa), el panameñista Jorge Herrera, dijo que un buen desarrollo de gestión de un municipio se debe a una buena coordinación con el Consejo Municipal y la junta técnica provincial, cosa que no ha ocurrido con la administración de Vallarino. “Las noticias reflejan su gestión. Existe mucho conflicto con los concejales, lo que ha perjudicado a los ciudadanos”, manifestó el copartidario del alcalde.
Juan Carlos Navarro, ex alcalde capitalino, fue más duro aún. “Qué puedo yo añadir a la opinión de los ciudadanos, sobre una administración que desde que inició ha estado de escándalo en escándalo, de crisis en crisis y de tumbo en tumbo”, dijo.
Mientras que la también ex alcaldesa de Panamá Mayín Correa piensa que Vallarino debió realizar una auditoría una vez entró al Municipio, porque, dijo, recibió una institución deshecha. “A mí me parece que eso es muy grave porque él es ahora corresponsable de las pérdidas de la administración pasada”.
Agregó que hasta ahora no se ha visto nada de que haya iniciado algún trabajo de estructuras, por ejemplo la restauración de la Avenida Central y Mi Pueblito.
“Bosco tiene que ponerse las botas porque el tiempo pasa y la burocracia hace que se demoren mucho las cosas”, dijo Correa.
La encuesta más reciente (marzo 2010) elaborada por Unimer para La Prensa, también le dio noticias negativas al jefe de la comuna capitalina, quien en 2010 manejará un presupuesto de $111.6 millones.
En aquel entonces, el 66.6% de los encuestados calificó la gestión de Vallarino como mala o muy mala, y solo el 23.4% la catalogó buena.
En la Alcaldía se defienden. Jaime Barroso, secretario del Municipio de Panamá, dijo que están trabajando para cumplir las promesas, pero recibieron un presupuesto minado. “Nos restan cuatro años”, afirmó, y remarcó que el alcalde ha sido presa de la incomprensión, y que se “ha tratado de demonizar” su gestión.
LOS TROPIEZOS DEL ALCALDE CAPITALINO
La llegada de Bosco Vallarino a la Alcaldía de Panamá ha estado marcada por la polémica. Desde el momento que se postuló como candidato y hasta la fecha, sus actuaciones han robado titulares. Primero tuvo que enfrentar un proceso ante el Tribunal Electoral por el caso de su doble nacionalidad: la panameña y la estadounidense. Estuvo a un paso de quedar fuera del torneo, pero entró y ganó.
Luego, la Asamblea le aprobó una Ley para devolverle la ciudadanía y que pudiera asumir el cargo. El 20 de julio de 2009 llega al puesto. Una vez allí, denunció a varios funcionarios por cobro de “coimas”. Un mes después, en agosto, le estalla el primer escándalo: autorizó un cheque por $4 mil a favor de su esposa, en concepto de viáticos para un viaje a Taiwan.
Tras ello, realizó un allanamiento al burdel Jet Set Elegance, del cual dijo tenía nexos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y acusó a los perredistas de ser sus clientes más asiduos. Luego vino la polémica por las villas navideñas, cuyos costos y contratos fueron cuestionados por la Contraloría. En 2010, su mayor crisis ha sido el servicio de recolección de basura y su intención de comprar de forma directa 51 camiones.
Fuente: La Prensa, Marzo 2010