Los altos precios del petróleo y una crisis financiera de talla mundial, cortaron de manera abrupta el crecimiento de las opiniones favorables en torno a la labor de la administración del presidente Óscar Arias Sánchez.
Al mirar en retrospectiva el comportamiento de la confianza de los consumidores, fue durante el tercer año de mandato que las opiniones sobre la labor del gobierno anterior llegaron a su punto más pesimista.
La tendencia queda patente al tomar las opiniones favorables de cada mes y restarle las desfavorables.
La evaluación de la labor del Gobierno, pero sobre todo la valoración de las políticas y mensajes en torno a la situación económica, comenzaron a descender a mitad del segundo año de mandato, en noviembre del 2007.
El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) lo prepara la firma Unimer para EF desde enero del 2005, con base en una entrevista telefónica mensual en 400 hogares; su margen de error es de 4,9 puntos porcentuales y la confianza del 95%.
Se basa en preguntas sobre cómo la situación personal y del hogar ha cambiado y cómo se espera que varíe, las expectativas de la economía y las condiciones actuales para comprar artículos.
De acuerdo con Unimer, la labor general del Gobierno fue evaluada de forma más positiva que su política económica.
Economía abierta
La caída de la confianza tocó su punto más bajo a finales del 2008. Sin embargo, aunque el ICC y la evaluación de la gestión de Arias cayeron al unísono, la confianza del consumidor logró levantarse más rápido.
Según Luis Mesalles, economista de la firma Ecoanálisis, todo el ajuste que ocurrió en el periodo 2008 y 2009 fue producto de una crisis mundial que se tradujo en crisis local.
“A inicios del año pasado, los indicadores de producción e incluso los de empleo estuvieron más bajos y eso generó desconfianza en el consumidor”, recalcó.
El economista agregó que esta preocupación es la que se hace notar en las opiniones relacionadas con la administración, no alguna política específica de la administración Arias.
Así como los consumidores tendieron a achacarle al Gobierno las consecuencias de la crisis mundial, la recuperación que se empieza a notar tampoco responde a medidas específicas del Ejecutivo en el ámbito local.
Mesalles explicó que la reactivación obedece al entorno internacional, y a políticas locales de los últimos 25 años, como la diversificación de exportaciones.
Grandes compras
Aunque la confianza de los consumidores creció durante los últimos meses de gobierno, fue un fenómeno más relacionado con las expectativas, que con la valoración del momento.
Las condiciones de trabajo en Costa Rica respecto a los últimos 12 meses, fue más baja en el último año de mandato que entre mayo 2008 y abril 2009.
En cuanto al consumo de bienes discrecionales, el momento para hacer grandes compras cayó fuerte, y al cierre de la administración aún mostraba una recuperación bastante irregular.
Roberto D’Arsie, gerente de Servicios al Detalle de Nielsen, recordó que el impacto de la crisis en las grandes compras que dependen del crédito fue claramente negativo.
“Aunque hay rezagos de la crisis, las personas se han ido acomodando. Inversiones de distintos tamaños que se habían detenido empiezan a gestarse, generando tranquilidad y trabajo”, manifestó D’Arsie.
Lo que sí tendió a mejorar fueron las expectativas en cuanto a los aumentos de precios. “La expectativa inflacionaria se mantuvo baja y tendiendo a caer todo el cuarto año de gestión”, comentó Valeria Lentini, directora de Proyectos de Unimer.
Sobre la posibilidad de que este comportamiento sea sostenible, el economista y docente de la Universidad Nacional Donald Miranda resaltó que las familias comienzan a tener más motivos para pensar que la inflación se mantendrá moderada.
La baja inflación internacional, que apoya una inflación interna más baja, aunada al menor traslado de la devaluación del colón a los precios, alienta esa expectativa, dijo Miranda.
Aumentos en la devaluación del colón y en los precios del petróleo, podrían cambiar dicho pronóstico.
Fuente: El Financiero