La encuesta de Unimer publicada por La Nación esta semana, marca el vigésimo aniversario de nuestro programa de estudios de opinión pública
El rico acervo de información acumulada sirve de base para tesis de posgrado en Costa Rica, Inglaterra, España y otras naciones
La encuesta de Unimer, publicada por La Nación esta semana, marca el vigésimo aniversario del programa de estudios de opinión pública emprendido por la empresa investigadora y este diario, con el objeto de tomar regularmente el pulso a las tendencias y estado de ánimo de los costarricenses.
Las encuestas son valiosas fuentes de información para nuestros lectores, pero también recogen y transmiten su voz a los responsables de decidir sobre trascendentales asuntos de la vida pública. En ese sentido, son un ejercicio democrático común a todas las sociedades modernas.
La Nación publicaba encuestas antes de establecer el programa en colaboración con Unimer, pero estos veinte años de relación continua permitieron estructurar un método de seguimiento coherente de la realidad nacional, apto para permitir comparaciones y cruces de la información a lo largo del tiempo. Es mucho más que una presentación aislada de radiografías pertenecientes a cada momento específico, y por eso lo llamamos ‘programa’.
Nuestros estudios abarcan, de manera sistemática, la medición de los temas de mayor interés nacional, investigados por una empresa totalmente independiente del medio de comunicación. El programa opera a partir de un marco teórico cuya existencia genera lineamientos para decidir los temas a investigar. La presentación pública de los datos corresponde, después, a nuestros periodistas.
A lo largo de los años, los estudios llevan el pulso de la evolución de las opiniones políticas y los conceptos imperantes sobre la labor del Gobierno de turno, así como de algunos ejes temáticos centrales, siempre vigentes en las preocupaciones de los costarricenses, como la seguridad ciudadana y el estado de la economía. Con frecuencia, los sondeos también se han expandido para abarcar a profundidad temas esenciales, pocas veces vistos en otros estudios de opinión, pero importantes para entender al país y su evolución.
En el 2002, por ejemplo, emprendimos la tarea de explorar los valores ecológicos de los costarricenses. El estudio fue actualizado en el 2010. Para hacerlo, fue necesario definir teóricamente el objeto de análisis y recurrir a especialistas de InBio y la Universidad de Costa Rica. El resultado fue un estudio pionero, revelador del producto de 30 años de esfuerzo nacional en el campo de la conservación de las riquezas naturales. Representantes de la Unión Europea y una decena de instituciones académicas se interesaron por conocer la metodología y los resultados. Más de 100 copias electrónicas circularon entre diversos organismos nacionales e internacionales, incluyendo escuelas y colegios.
Estudios similares exploraron la calidad de vida de los costarricenses, su posición sobre la educación y el sistema educativo, nuestra forma de ser, la política nacional, la ciudadanía y el índice de victimización, la satisfacción de necesidades personales, la función de las instituciones públicas y el tema de los políticos en su relación con la democracia.
El rico acervo de información acumulada sirve de base para tesis de posgrado en Costa Rica, Inglaterra, España y otras naciones, pero cada entrega individual también contribuyó a que nuestro país se conociera mejor a sí mismo, con sus virtudes y fallas. En ocasiones, los resultados son motivo de celebración porque revelan madurez y compromiso con las mejores causas. En otras oportunidades apuntan a características menos deseables de la colectividad. En todas son útiles para promover la crítica, la autocrítica y la mejor comprensión de la realidad nacional.
Los logros del programa a lo largo de los años son motivo de orgullo para ambas empresas, y ninguno complace más que la virtud de dar voz a los ciudadanos para que la escuchen quienes deben hacerlo.
Fuente: La Nación. 06 de Abril, 2011