Encuesta revela leve posibilidad de una segunda ronda electoral.
Indecisos se inclinan más por el candidato de Acción Ciudadana.
El candidato del Partido Acción Ciudadana (PAC), Ottón Solís, acorta la ventaja de que ha venido disfrutando el liberacionista Óscar Arias Sánchez en intenciones de voto.
El respaldo a Solís entre los votantes probables subió en una semana del 26,3% al 31,5%. En cambio, el apoyo a Arias se redujo de 49,6% a 42,6%.
En el tercer puesto, con una variación menor, se ubica el candidato del Movimiento Libertario, Otto Guevara Guth, quien subió de 11,8% a 12,9%.
En cuanto a los restantes candidatos presidenciales, ninguno muestra variaciones significativas.
Quienes más apoyo obtienen son Antonio Álvarez Desanti, de Unión para el Cambio (UPC), con 4,4%, y José Manuel Echandi, de Unión Nacional, con 2,7%. El resto no supera el 2% de los votos posibles.
Así lo revela la más reciente encuesta realizada por la firma Unimer para La Nación. Unimer entrevistó a 1.200 potenciales votantes en todo el territorio nacional, entre el 27 y el 31 de enero.
La variación puesta en evidencia por la consulta refleja un clima de inestabilidad en la decisión de voto de los costarricenses, a pocas horas de tener que adoptar una posición definitiva.
Esa situación magnifica la incertidumbre de los principales contendores.
Según Unimer, este clima es muy diferente a lo sucedido en la mayoría de elecciones anteriores, cuando a estas alturas los resultados evidenciaban mayor seguridad en la intención de voto.
Entre decididos.Para obtener el resultado que se publica hoy, la firma encuestadora tomó en cuenta a las personas que mostraron mayor decisión de acudir el domingo a votar.
Ellos -llamados «votantes probables»- representan el 62% del padrón electoral, lo cual significa que votarían alrededor de 1.575.000 de los 2.550.613 ciudadanos inscritos.
Entre estas personas son más numerosas las de mayor nivel educativo, los simpatizantes del Partido Liberación Nacional (PLN) y del PAC y quienes en el 2002 votaron por el excandidato liberacionista Rolando Araya o por Ottón Solís.
Las cifras de esos «votantes probables» tienen un margen de error de 3,6 puntos porcentuales, por lo cual, por ejemplo, el respaldo a Arias oscilaría entre el 39% y el 46,2%.
De prevalecer para Arias el escenario menos optimista, los resultados evidencian la posibilidad de que sea necesaria una segunda ronda electoral, pues para ganar en la primera debe obtener, como mínimo, el 40% de los votos válidos emitidos.
En el escenario más optimista para Solís, su respaldo llegaría a un 35,1%, si se considera el margen de error.
La encuesta evidencia, además, una pequeña reducción en el porcentaje de abstencionismo (personas que no votarán), toda vez que pasa del 39,5% al 38,2%.
Las dos caras. Según el estudio, Óscar Arias pierde respaldo en todos los grupos de edad, excepto en el de las personas de entre 40 y 49 años.
También baja su apoyo en todos los niveles socioeconómicos y educativos, así como por la ubicación geográfica de los electores, sobre todo en el Valle Central (Gran Área Metropolitana urbana y el resto del Valle rural).
Además, el apoyo entre los hombres al expresidente cayó considerablemente, de un 48,8% en la consulta anterior a un 37,2% en la presente.
En la otra acera está Ottón Solís, con un panorama diferente. El candidato del PAC gana fuerza en todos los niveles de edad; mantiene su fuerza entre los menores de 30 años, pero adquiere respaldo en los demás segmentos.
Solís prácticamente duplicó su grado de apoyo en las zonas rurales del Valle Central y en las zonas urbanas y rurales del resto del país. Precisamente, en la elección de febrero del 2002 esas fueron las regiones que menor respaldo le dieron al candidato del PAC.
En la encuesta anterior, Solís tenía predominancia de apoyo en el segmento alto, según nivel socioeconómico de los electores. En el actual estudio, no solo adquiere mayor intención de voto de ese grupo, sino que entre los votantes de nivel bajo su porcentaje de simpatía crece de un 16,2% a un 25,3%.
Por género, Solís también capta un incremento considerable, pues el apoyo de los hombres le sube de un 28% a un 36,3%.
Hoy, precisamente, es el último día que establece el Código Electoral para publicar encuestas, medida cuya constitucionalidad ha sido cuestionada.
Ficha técnica
¿De qué se trata? Encuesta nacional de opinión pública efectuada por Unimer RI. ¿Cómo se hizo? Se entrevistó a 1.200 personas mayores de 18 años. ¿Cuándo y dónde? Las entrevistas se realizaron en todo el territorio nacional, entre el 27 y el 31 de enero. Margen de error. Es de 2,8 puntos porcentuales. Por sexo. El 50,2% son mujeres y el 49,8% son hombres. Por edad. Menores de 30 años, un 37,6%; de 30 a 39 años, un 25%; de 40 a 49 años, un 18,2%, y mayores de 50 años, un 19,2%. Nivel educativo. Un 41,9% educación primaria, 34,1% secundaria, 22,6% universitaria y un 1,4% no tiene estudios. Nivel educativo. Un 41,9% tiene educación primaria, 34,5% secundaria, 22% universitaria y un 1,5% no tiene estudios. Nivel socioeconómico. Un 58,1% son de nivel medio, 35,9% bajo y 6% del estrato alto. Zona geográfica. 43% del Gran Área Metropolitana (GAM) urbano; 6,2% del GAM rural; 6,6% del resto del Valle urbano; 11% del resto del Valle rural; 12% del resto del país urbano, y 21,2% del resto del país rural. |
Diferencias demográficas significativas (Resultados de la encuesta publicada el 29/01/06 entre paréntesis)
Óscar Arias Entre los menores de 40 años, el apoyo a Arias muestra un importante descenso. Aunque son menos, los mayores de 50 también disminuyen su respaldo. El expresidente retrocedió en todos los niveles educativos pero, sobre todo, entre los que cuentan con solamente educación primaria. El mayor descenso en el respaldo a Arias se observa en los niveles socioeconómicos alto y bajo. Óscar Arias perdió 12 puntos porcentuales entre los hombres y solo 3 entre las mujeres. En las zonas rurales del resto del Valle Central (excluida la GAM), un 20% menos externó una intención de voto a favor de Arias. |
Ottón Solís
Ottón Solís
El apoyo a Ottón Solís creció entre los mayores de 30 años. En este estudio, la intención de voto a su favor es uniforme en todos los grupos etarios. Solís amplió su respaldo entre los electores con educación primaria y secundaria. Por primera vez, el apoyo al candidato del PAC en el nivel socioeconómico medio supera su porcentaje de apoyo general. Solís incrementó su apoyo masculino en 8 puntos y el femenino en 4. Las ciudades de la Gran Área Metropolitana y las zonas rurales del resto del Valle Central dan fuerte respaldo a Solís. |
Leve baja en número de abstencionistas
El número de personas que no piensan votar en las elecciones nacionales del próximo domingo se resiste a disminuir.
La más reciente medición de Unimer para La Nación evidencia que la baja en el probable abstencionismo, en relación con la encuesta de hace una semana, es leve: 1,3 puntos porcentuales.
En este último estudio, el abstencionismo probable se redujo del 39,5% al 38,2% de personas inscritas en el padrón nacional. En febrero del 2002 la cifra fue del 31,1%.
Ese resultado evidencia que, de la consulta anterior (entre el 15 y el 23 de enero) a la actual (entre el 27 y el 31 de enero) hay de 30.000 a 50.000 personas más dispuestas a votar.
Para el próximo domingo hay 2.550.613 ciudadanos inscritos en el padrón con derecho al voto.
¿Cómo se divide? La encuestadora dividió a los consultados de acuerdo con el nivel de decisión de ir a votar, desde los totalmente decididos y que ya saben a cuál candidato van a apoyar, hasta los más duros, cuya decisión de no acudir a las urnas es irrevocable.
En esta encuesta ambos extremos muestran crecimiento. El número de votantes totalmente seguros subió de 38% al 39,6% y el de abstencionistas irrevocables pasó de 12,1% a 13,8% del padrón.
En ambas tendencias hay otros segmentos, también divididos por nivel de decisión.
Entre quienes no dan mayores señales de querer ir a votar hay un grupo, que se redujo.
Son los abstencionistas «casi seguros», que dicen que no van a votar, pero podrían cambiar de opinión. Bajaron del 20,1% al 17,5%.
Pero también se redujo el último segmento de posibles abstencionistas; quienes dicen que irían a votar pero anularían el voto o lo dejarían en blanco, quienes pasaron del 7,3% a 6,8%.
Esas reducciones se tradujeron en reacomodos en los otros dos grupos de votantes probables.
Por ejemplo, el segmento de quienes dicen que votarían y tienen cierta inclinación por algún candidato bajó del 9% del padrón al 8%, pero el grupo de quienes expresan algunas dudas de acudir a las urnas subió de 13,5% a 14,3%.
Precisamente, en ese reacomodo la encuestadora ve reflejado de nuevo el clima de volatilidad en la decisión de voto.
En poco tiempo esas capas de electores muestran variaciones que, aunque ligeras, representan un amplio número de votantes, pues son porcentajes de los 2.550.613 votantes potenciales.
Históricamente, alrededor de un 4% adicional del padrón engrosa la cifra de abstencionismo, pues son personas que por fuerza mayor no asisten a votar.
La Nación. 02 de Febrero, 2006