Incrementa cantidad de personas exigentes ante calidad y servicio; ticos siguen informados.
Antes era una actitud de la tercera parte de los ticos, ahora es de la mayoría. Cuando el 56% de consumidores sabe que una empresa contamina el ambiente, evitará comprar sus productos.
Por el contrario, si la compañía ayuda a las comunidades y protege el medio ambiente, los costarricenses responderán con mayores intenciones de compra.
La conciencia ambiental parece calar cada vez más en los consumidores, pues ahora casi la mitad lleva sus propias bolsas al supermercado y antes de pagar revisa si el producto que adquirirá es reciclado y protege el ambiente.
Para Olga Sauma, directora empresarial de la Asociación Empresarial para el Desarrollo (AED), las conductas tienen que ver con tres factores: mayor información accesible sobre temas de sostenibilidad, mayor involucramiento del sector privado en iniciativas y alianzas responsables socialmente y la creciente oferta de productos sostenibles en el mercado.
Del mismo modo, según Sauma, las empresas han hecho uso de otras tácticas, además de grandes campañas publicitarias para difundir sus iniciativas ecoamigables.
Ejemplo de ello es la identificación de canales de comunicación directos para públicos de interés y la utilización de redes sociales.
Por otra parte, entre los perfiles identificados por el estudio de EF, los experimentados destacan como los más responsables con el ambiente en sus conductas de consumo.
“Los temas de ser empresas socialmente responsables con nuestra gente, el medio ambiente, trato justo a proveedores y con las comunidades donde operamos se vuelve más relevante, pues adicional a variables de precio y racionales, entran a jugar atributos más emocionales como los anteriores”, opina Isidro Perera, gerente general de Subway.
Reclamar derechos
A la par de un mayor interés por la responsabilidad social, el costarricense incrementó su nivel de exigencia por la calidad y el servicio en el último año.
De hecho, seis de cada diez se considera muy exigente y se queja ante un mal servicio o producto. Los consumidores experimentados y detallistas son los que más presentan esta actitud.
De acuerdo con Cynthia Zapata, encargada de la Dirección Nacional de Apoyo al Consumidor, del Ministerio de Economía, el promedio mensual de consultas que recibe la entidad pasó de 3.107 en 2011 a 4.361 a julio de este año.
“Se ha experimentado un aumento sostenido de gestiones de asesoría y orientación requeridas por los usuarios, en las cuales solicitan información sobre las funciones de la Comisión Nacional del Consumidor (CNC), sus derechos y la forma de plantear denuncias”, agrega Zapata.
La mayoría de usuarios opina que la CNC defiende a los consumidores y tiene la capacidad para hacerlo, aunque en menor proporción que 2012.
No obstante, aún se identifica un importante porcentaje que se siente incómodo a la hora de reclamar e, incluso, se abstiene de hacerlo. La conducta es típica de los consumidores despreocupados.
En cuanto al conocimiento de organizaciones de protección de los derechos, la CNC lidera la recordación pero baja 12 puntos porcentuales con respecto al 2012. .
Entretanto, el 69% se dice conocedor de la Ley del Consumidor y 50% de sus derechos, aunque seis de cada diez no sabe cómo solicitar servicios o plantear quejas ante la CNC.
Zapata achaca lo anterior a que la existencia de una única oficina del consumidor para abarcar todo el país resulta insuficiente, por lo cual se debe trabajar en la habilitación de más canales directos de atención.
Además, según la funcionaria, ese desconocimiento se materializa en errores como no conservar comprobantes de factura y omitir guardar la garantía de los productos o servicios que adquieren.
Fuente: El Financiero, 01 setiembre, 2013