Más allá del baile del perico, grupos musicales y animadores, lo que marca la diferencia entre las plazas
públicas de los partidos Liberación Nacional (PLN) y Unidad Social Cristiana (PUSC) son los ataques.
El mensaje verdiblanco se concentra en señalamientos al gobierno actual y a la agrupación rojiazul, mientras que los socialcristianos llaman a los electores a formar lo que denominan un movimiento de unidad nacional.
Así lo corroboró La Nación, que presenció nueve de las 11 plazas públicas verdiblancas y las cuatro socialcristianas, que se llevaron a cabo desde el pasado 1°. de diciembre.
En total, el PLN programó 39 mítines y el PUSC solo 19.
Mientras, el Partido Acción Ciudadana (PAC) realizó encuentros con ciudadanos, donde su candidato responde a las inquietudes de los asistentes.
Ayer se realizaron dos en la zona atlántica del país.
Esos encuentros y las plazas públicas no podrán realizarse durante las próximas semanas.
A la medianoche de ayer comenzó a regir la prohibición para difundir propaganda y realizar manifestaciones en lugares públicos.
Rige prohibición
El artículo 79 del Código Electoral establece que esa tregua finaliza el 1°. de enero. Se interrumpirá solo para que los aspirantes envíen un mensaje navideño.
Los ataques que se repiten con mayor frecuencia en las plazas públicas verdiblancas insisten en la idea de que los gobiernos socialcristianos han dejado al país en malas condiciones sociales y económicas.
También cuestionan la capacidad para gobernar de Abel Pacheco y lanzan insinuaciones sobre el papel que jugaría Luis Fishman, candidato rojiazul a la segunda vicepresidencia, en un eventual gobierno pachequista.
Las aseveraciones son hechas, principalmente, por candidatos a diputado y figuras del partido, como Rolando González, secretario general.
El aspirante presidencial, Rolando Araya, lanza algunos ataques, pero privilegia en su discursos los logros que –según él– ha alcanzado su partido cuando asume el Gobierno.
Sin sobresaltos
El PUSC, por su parte, apela a mensajes más sentimentales y emotivos, que por lo general evitan desatar un pugilato con sus adversarios más directos.
El mensaje de Abel Pacheco incluye anécdotas personales y frases ocurrentes. Pocas veces alude a Liberación Nacional y, en cambio, suele llamar a la tarima a algunas de las personas que lo acompañan en la lucha electoral, como Édgar Mohs o Gloria Valerín.
Los únicos rasgos de confrontación suelen estar a cargo del diputado y actual secretario general del Partido, Jorge Eduardo Sánchez, cuyos encendidos discursos sí rompen con el mensaje de unidad nacional que caracteriza a Pacheco.
Fuente: La Nación. 16 de diciembre, 2001