Entre los puntos del estudio, se destaca que 19% de las mujeres en la región gana menos que los hombres en un mismo puesto de trabajo.
El Puso de la Mujer Centroamericana fue el estudio presentado por Beatriz Zumbado, vicepresidenta ejecutiva de Unimer Panamá, durante el foro Mujeres Poderosas de la revista Forbes.
Entre los puntos del estudio, se destaca que 19% de las mujeres en la región gana menos que los hombres en un mismo puesto de trabajo. Es más, se estima que las mujeres ganan ahora el salario de los hombres hace diez años.
‘Si somos 50 y 50 por ciento en el mundo, deberíammos ser 50/50 legislándonos’
De hecho, de acuerdo con el estudio, 32% de las encuestadas panameñas consideró que tiene el salario igual al de un hombre que realiza un trabajo similar al suyo. Mientras que solo 11% consideró que se estaba haciendo algo para reducir la brecha salarial.
‘Todos somos conscientes de esto, pero no hay políticas concretas para cerrar esa brecha salarial’, dice Zumbado, al tiempo que indica que a veces se pone de excusa la maternidad, cuando se podrían emplear nuevos mecanismos como el trabajar desde casa, a través de internet.
La vicepresidente de Unimer menciona que si bien es cierto que hay empresas privadas que han mejorado los ambientes laborales para las mujeres, hay otras que no, y es allí donde debe entrar el Estado.
‘Las leyes existen por una razón, para que se cumplan y se hagan ciertas cosas que hagan un equilibrio. A veces hay que poner un sistema de cuotas para que las mujeres estén realmente representadas en un parlamento o en un cargo ministerial. Habrá a quienes no les interesa, pero está demostrado que sin un sistema de cuotas es muy difícil que las mujeres accedan a estos altos cargos’, comenta. ‘Si somos 50/50 en el mundo, deberíamos ser 50/50 legislándonos’.
Zumbado resaltó que la investigación plantea un situación demasiado cotidiana. ‘Por un lado, las mujeres están fascinadas con lo que hacen. Realmente, trabajar fuera de casa, tener multifunciones realiza a la mujer, se sienten participativas; pero la otra cara de la moneda es que siguen recargadas con todo el trabajo doméstico y siguen siendo responsables del enfermo de la casa’.
Y los números no mienten, solo 12% de las entrevistadas en la región manifiesta que en sus países se está haciendo algo para reconocer, reducir o redistribuir el trabajo doméstico no pagado.
‘Las mujeres no ven que los gobiernos estén haciendo algo para reducir la brecha de género. Por ejemplo, cuántas ausencias genera que la madre no tiene con quien dejar al niño por que la nana no llegó. No tiene dónde dejarlo porque no tenemos instituciones públicas [que se dediquen a ello] y no todo el mundo tiene recursos para pagar’, dice Zumbado.
Asimismo, menciona lo difícil que puede ser para los hombres asumir más responsabilidades, pues a veces los empleadores no son compresivos con los permisos para asuntos de los hijos, porque consideran que le toca a la mujer.
Fuente: La estrella de Panamá, 26 de agosto, 2016