Tres de cada cuatro costarricenses coloca la honradez en la grada más alta del podio de las virtudes que debe tener quien aspire a gobernar un cantón en los próximos seis años.
El 76% de los entrevistados por Unimer mencionó la honestidad o la honradez cuando se le pidieron tres características deseables para los candidatos a los puestos de alcaldía.
La honestidad supera por mucho al resto de “requisitos” que el electorado establece para los aspirantes. En segundo lugar aparece “que conozca los problemas del cantón”, citado por el 55% de los consultados por Unimer.
La tercera característica requerida por los electores es “que haya hecho algo por el cantón”, seguida de “que presente soluciones”, “que tenga credibilidad, “que elimine la corrupción” y “que tenga un buen equipo de trabajo”, de acuerdo con el estudio de opinión.
Los deseos de probidad en un candidato a alcalde los manifiestan más los electores de más de 40 años de edad y los de nivel socioeconómico bajo, pero también seguidores del Partido Acción Ciudadana (PAC).
Esta lista de características deseables en un candidato a alcalde calza con las razones por las cuales un 36% de la población asegura que no votará el domingo 5 de diciembre.
La principal razón de los abstencionistas es su intención de mantenerse al margen de un proceso electoral en el cual “todos son unos ladrones, corruptos”. Así lo citaron el 23% de quienes no se acercarán a las urnas.
En los últimos meses se conocieron en los medios de comunicación cuestionamientos o procesos judiciales de las autoridades cantonales en el cantón Central de Alajuela, en Carrillo (Guanacaste), en Parrita (Puntarenas), Aserrí (San José) y Talamanca (Limón).
El segundo pretexto de los abstencionistas es “nada gano, siempre son los mismos” y el tercero consiste en “ningún candidato me gusta”, seguido de algo más difícil de complacer para los aspirantes inscritos: “Nunca voto, no me interesa la política”.
El desinterés por la política lo argumentan sobre todo los menores de 30 años y las mujeres.
Pocos son los que dicen no votar por estar lejos de su centro de votación, pues el 91% de los encuestados vive en el mismo cantón donde sufraga.
Fuente: La Nación