Todavía con sus mochilas al hombro y luciendo el bronceado con que tiñó su piel el ardiente sol del trópico, la mayoría de los turistas extranjeros que visitan el país se marchan con una sonrisa en el rostro, satisfechos de haber sido testigos de las bellezas naturales que les mostró esta tierra y de la calidez de su gente.
Pero la majestuosidad de Manuel Antonio o del volcán Arenal –parques que reciben a la mayoría de los excursionistas– no logra opacar la impresión de nuestros visitantes ante la magnitud de los huecos en el 90 por ciento de las vías, la incomodidad del aeropuerto Juan Santamaría, los altos precios que les cobran aprovechándose de su condición de visitantes y los robos de los que fueron blanco.
Al menos, esto es lo que piensa la mayoría de los 443 visitantes entrevistados por Unimer –firma de estudios de opinión pública– en el aeropuerto internacional Juan Santamaría, del 20 al 26 de noviembre, cuando se aprestaban a tomar su vuelo de salida.
Sus declaraciones forman parte del Proyecto Turismo e Infraestructura Turística, cuyo fin es conocer la opinión de los turistas extranjeros sobre su estadía en el país. (Véase recuadro con puntos del estudio).
Este proyecto es dirigido por Unimer y patrocinado por La Nación, American Airlines, la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), la Cámara Nacional de Turismo (CANATUR), Continental Airlines y la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (ULACIT). El estudio incluye las fortalezas y debilidades de Costa Rica como destino turístico, la opinión de los visitantes sobre el aeropuerto y sus sugerencias para mejorar los servicios que ofrece el sector, entre otros.
A arreglar calles
Los principales resultados de esta encuesta revelan las fortalezas del sector: la riqueza biológica de los bosques tropicales, las playas y parques nacionales, así como el trato del tico para con el extranjero.
Pero, también, hacen sonar una campana de alerta: hay que mejorar las condiciones de la infraestructura local, con los huecos y el aeropuerto como puntos primarios de atención.
Veamos:
Del total de entrevistados, el 68 por ciento considera que Costa Rica tiene debilidades como destino turístico, principalmente la infraestructura local.
De ellos, un 45 por ciento piensa que el estado de las calles y su falta de señalización constituyen la principal desventaja.
Aunque el 86 por ciento se manifiesta satisfecho con el aeropuerto Juan Santamaría, contra un 14 por ciento de turistas que no lo están, no se pueden omitir las causas que estos mencionaron para el mal servicio en esta terminal aérea: filas largas y lentas, falta de atención al público, incomodidad del local, traslado de maletas, falta de aire acondicionado y ausencia de más tiendas y servicios.
Consecuencia: un 43 por ciento de los entrevistados recomienda que se modernice el aeropuerto mediante la agilización de los trámites y la reducción de impuestos, entre otras medidas.
Pocos insatisfechos
A los problemas de infraestructura, el 17 por ciento de los visitantes agrega los altos costos de los servicios; en menor medida, otros mencionaron la contaminación, el mal servicio de transporte, los robos, la falta de información local y de preparación para atender al turista (incluyendo que no se habla inglés) y la ciudad capital.
A pesar de que el 69 por ciento de los entrevistados no tuvo experiencias negativas durante su estadía, el 31 por ciento restante sí fue objeto de robos, taxistas deshonestos, mal servicio de alquiler de carros y variación de precios por su condición de turistas.
En cuanto a las tarifas de los servicios, el 51 por ciento cree que son adecuadas a la calidad que se ofrece, el 37 por ciento las considera altas y solo un 11 por ciento piensa que son bajas.
Aquí cobra fuerza la opinión del 55 por ciento de los entrevistados sobre el alto costo de las entradas a los parques nacionales, visitados por siete de cada diez turistas. Solo un 32 por ciento las consideran adecuadas.
Los servicios de hoteles fueron calificados como buenos y muy buenos por el 81 por ciento de quienes permanecieron algunos días en San José (385 turistas). Solo el 2 por ciento dijo que eran malos o muy malos.
De los que se hospedaron en pensiones o bed & breakfast (19 por ciento de los 385 visitantes) afirman, en un 73 por ciento, que estas son buenas o muy buenas, el 3 por ciento las calificó como malas y un 5 por ciento se abstuvo de opinar.
Fuente: La Nación