La tranquilidad económica de la familia de Jenny Peraza Zúñiga está amenazada este año.
Situaciones que afectan sus trabajos redujeron los ingresos, mientras sigue el aumento en el costo de la vida.
“Hay meses en los cuales la plata no nos alcanza y he tenido que ver de dónde cojo para cubrir los gastos”, afirmó Peraza.
Ella es secretaria de un abogado en Ciudad Quesada y su esposo, César Arias, es contratista de construcción. Tienen dos hijas, una en la escuela y otra en el colegio público.
Al igual que ella, 40% de los costarricenses considera que el ingreso familiar no alcanza para cubrir sus gastos.
Peraza narró que, además del salario, gana comisiones. Sin embargo, afirmó que las entradas extras cayeron al bajar la demanda de servicios de abogados.
En el caso de su esposo, agregó, el sector de la construcción se resultó muy afectado en los tres primeros meses del año. Esto causó que don César tenga ingresos muy inestables, con más tendencia a bajar que a normalizarse.
“Para complicar más mi situación, debido a que terminó la vigencia del Plan Escudo, hoy pago ¢20.000 más por el préstamo de un lote para construir”, relató.
“En los primeros meses de este año sentimos que el costo de las cosas ha subido más que el año pasado. La llamada cuesta de enero se extendió hasta marzo y tengo la impresión de que podría durar todo el año”, añadió Peraza.
También considera que la educación, aunque sea pública, se ha encarecido.
A sus 41 años, Peraza está hoy en la etapa de hacer recortes para afrontar la situación. “Bajamos gastos en comida, vestidos, cero paseos y ahorrar en electricidad y teléfonos. Únicamente compramos lo necesario. No hay plata para otras cosas”, aseveró.
Fuente: La Nación