Reconoce que lo ambiental es un problema actual y urgente pero sus acciones siguen siendo tímidas
El hecho de que muy poca gente recicla es una de las grandes preocupaciones de los consumidores, según la encuesta de EF. No obstante, empresas como Florida Bebidas, tienen programas de reciclaje.
El consumidor costarricense acepta que el deterioro del medio ambiente es uno de los problemas nacionales. A la mayoría le parece que es un asunto actual, urgente y concuerda con casi todas las medidas del Gobierno y de las municipalidades para su protección.
Se podría decir que el 61% de los ticos son proactivos con el tema pues separan con frecuencia la basura, apoya los productos verdes, censuran la contaminación y está dispuesto a pagar más por aquellos bienes sostenibles.
Sin embargo, sus acciones tienden a quedarse en la privacidad de su hogar o bien no se implementan de manera completa: la mayoría no participa en campañas de limpieza de playas o ríos, ni forma parte de alguna organización ambiental. Ocasionalmente, consume productos orgánicos o evita comprar productos empacados con plástico, pero el 52% nunca utiliza platos plásticos no biodegradables.
Estos son algunos datos que arrojó una encuesta de EF, elaborada por la firma Unimer, sobre el consumidor verde realizada en octubre pasado, como parte del proyecto de Inteligencia Financiera.
Del estudio se infiere que el tico tiene la información suficiente para ser un ciudadano responsable con el ambiente, pero afirma que es una labor que hace solo, pues el 50% cree que las autoridades no le ayudan en ese objetivo.
Aun así, al comparar los resultados de este estudio con otro similar que se realizó en abril del 2011 se revela que más personas aplican medidas para ayudar al medio ambiente como ahorrar agua o utilizar bombillas de bajo consumo energético.
Igualmente, hoy el 21% afirma que siempre consume productos orgánicos, contra el 17 % que lo dijo en abril del 2011.
Pasar del verbo a la acción
Para quienes trabajan con el tema ambiental, la realidad es que en el país la teoría se maneja bien pero la práctica no cala del todo.
¿De qué sirve que el tico sepa que existen problemas ambientales?, se pregunta Marcello Hernández, presidente de la organización One Biosphere.
Lo ideal, agrega, es que conozca qué pasa tanto fuera como dentro de su país, una los puntos con ambas realidades y lo entienda en una perspectiva más amplia.
Para él, el proceso de enseñanza en todos los niveles académicos tiene vacíos, pues se brinda información sin infundir pasión. “Hay individuos que saben mucho pero tienen poca pasión para actuar y otros con mucha pasión pero sin el conocimiento para hacerlo de la mejor manera”, dijo.
En criterio de Manfred Kopper, coordinador ambiental de la Asociación Empresarial para el Desarrollo (AED), los ticos no actúan en temas ambientales como se debería porque desconocen sus impactos y las vías efectivas para reducirlos.
Sin duda, cuanto más capacitado está un consumidor, más responsable será sobre el tipo de bienes y servicios que adquiere.
Y basta analizar la experiencia europea. Según Elisabeth Duerr, asesora en Comercio Exterior y Medio Ambiente de la Cámara de Industrias, en el Viejo Continente, más de la mitad de los consumidores consideran los criterios ecológicos “importantes” o “muy importantes” a la hora de comprar muebles (68%), carros (76%) o detergentes para lavar ropa (87%).
Es decir, han logrado pasar del “querer comprar” y “poder comprar” al de “saber comprar”.
Si ese fuera el caso en Costa Rica, el comprador revisaría los antecedentes de la compañía y las etiquetas y decidiría, a partir de esa información, qué tipo de frutas consumir, cuál café está elaborado de manera amigable, cuáles empresas tienen mala gestión ambiental o cuáles pinturas para su casa contienen altas dosis de químicos.
La encuesta de EF sugiere que hay un terreno arado para alcanzar ese ideal: el 97% de los encuestados considera de mucha importancia el que las empresas tengan políticas de protección al medio ambiente.
Entonces, ¿cómo pasar de la teoría a la práctica? Kopper cree que se logra con información práctica, sencilla y amigable para tomar decisiones sobre cómo reducir el impacto. Es necesario también eliminar campañas o productos engañosos porque generan desconfianza en el consumidor y desvirtúan el tema ambiental.
Hernández, por su parte, sabe que la educación correcta que forme consumidores sensibles logrará abarcar de manera integral las tres dimensiones: lo ambiental, lo social y lo económico.
Tener consumidores más proactivos requiere de cuatro grandes pasos, afirma Ronald Sanabria, vicepresidente de turismo sostenible de Rainforest Alliance.
El primero es interiorizar los costos verdaderos de producción (hoy, quienes lo hacen, tienden a tener precios mayores). Pero, si se ofrecen productos y servicios con las mismas características de precio y calidad con el plus de sostenibilidad, la gente optaría por los de la línea verde.
El segundo paso es dejar la timidez a un lado para hacer más evidentes las opciones verdes, que sean fácilmente identificables tanto en venta al detalle como al por mayor.
Generar un mercadeo creativo y “libre de culpa”, haciendo la experiencia de compra responsable un asunto “menos racional” es la tercera recomendación.
“Todos estamos de acuerdo en que comprar productos amigables con el ambiente, por ejemplo, nos puede dejar el sentimiento de satisfacción de que estamos haciendo lo correcto, pero necesitamos hacerlo fácil y divertido”, argumentó Sanabria.
Finalmente, se debe estar claro en que “no todo lo que brilla es verde”, es decir, hay productos y servicios comercializados como tales cuando en realidad no tienen el sustento necesario para denominarse sostenibles.
Para el experto, los procesos de certificación resultan importantes para darle al consumidor herramientas con qué elegir a partir de auditorías independientes y respaldadas.
Cuestión de percepción
Al ser consultados sobre los principales problemas que afronta el país, uno de cada cuatro costarricenses mencionó el deterioro ambiental. Los mayores porcentajes los recibieron la violencia, el desempleo, el costo de la vida y la pobreza.
Si bien no es considerado el principal problema, sí representa un motivo de preocupación para 6 de cada 10 personas. La mitad de la muestra está insatisfecha con el estado del medio ambiente en Costa Rica y percibe que la población en general, el Gobierno y las empresas hacen poco para protegerlo.
En orden de importancia, les preocupa la contaminación de ríos y mares, el manejo de la basura, la contaminación del aire, la deforestación y erosión de suelos, la tala indiscriminada, la emisión de gases y el que la gente no recicle.
En sus hogares pareciera que el tico está siendo parcialmente su tarea. Parcialmente porque las dos acciones que registran porcentajes mayores al 60% están directamente influenciadas por un beneficio económico individual; estas son economizar agua y utilizar bombillas de bajo consumo.
De un año a otro se nota el cambio de actitud. En abril del 2011 cuando EF publicó su encuesta sobre el consumidor verde, el 68% de la muestra afirmaba que practicaba medidas para ahorrar agua. Esta vez lo hace el 84%.
En el uso de bombillas de bajo consumo hace un año fue un 57% de los encuestados, esta vez el 80%.
El resto de las cosas que realiza en sus casas en forma permanente tienen que ver con la compra de productos de empresas que ayudan a comunidades (58% lo hace), evitar compra de productos de empresas que contaminan (57) y clasificar la basura para su posterior reciclaje (52%).
Ahora, como dijo Manfred Kopper, de AED, hay herramientas tecnológicas, como las redes sociales, que facilitan la toma de decisiones respecto a qué tipo de productos adquirir.
En el 2007, estudiantes y profesores de la Universidad de Berkeley de California en Estados Unidos crearon un sitio web llamado Good Guide para dotar al consumidor de información de los productos y compañías en temas de salud, medio ambiente, responsabilidad social, ética y cumplimiento de leyes laborales.
La guía incluye información de productos de limpieza, alimentos, comida para mascotas, cuidado personal, artículos para bebés, ropa, electrodomésticos y automóviles.
En Costa Rica, los esfuerzos por visibilizar el mercado orgánico, sostenible y ambientalmente responsable ha dado pasos destacables.
Experiencias como el directorio de productos verdes ( www.paginasverdescr.com ), la normativa sobre para compras sostenibles liderada por la organización Cegesti y financiada por el Gobierno de Holanda son ejemplos de ello.
También, de manera conjunta entre la consultora Hivos, el Centro Cooperativo Sueco, el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural y el Programa de Apoyo a Mercados Orgánicos, se han realizado proyectos para estimular y fortalecer el consumo de productos orgánicos y reglamentar su producción y manufactura.
Si se toman ejemplos concretos hablamos, existen casos para rescatar. Por ejemplo, la compañía BioLand tiene una amplio listado de alimentos orgánicos y artículos para el hogar que son fabricados de acuerdo con políticas de sostenibilidad.
Distribuidora Florex fue galardonada por su trayectoria en el diseño y desarrollo de productos de limpieza con formulaciones amigables con el ambiente.
Coopedota produjo el primer café del mundo carbono-neutral.
También se ha estructurado de manera formal un mercado del reciclaje entre industrias y la sociedad civil que ha redundado en buenos réditos para ambas partes.
Un punto a favor del ciudadano es que a la hora de comprar hoy es más dado a privilegiar que el producto sea elaborado en forma amigable con el ambiente. Así respondió el 79%. Claro la calidad sigue siendo la variable más importante (86%).
Por su parte, el sector turístico y hotelero ha escalado en su misión de ofrecerle al turista opciones sostenibles, certificables y demostrables.
Empero, pasar del verbo a la acción implica educación. One Biosphere se ha propuesto educar en forma innovadora sobre temas de sostenibilidad.
Su presidente, Marcello Hernández, cuenta que imparten cursos desde los niveles preescolar hasta posgrado. Además, ofrecen charlas a personas con perfiles académicos y profesionales variados.
Hernández fue entrenado en octubre anterior por Al Gore, exvicepresidente de Estados Unidos y autor del documental Una verdad incómoda , sobre cambio climático, con el objetivo de diseminar el fenómeno y las soluciones por el país.
Ficha técnica
Población de estudio Jefaturas de hogar
Tipo de entrevista Encuesta telefónica domiciliar
Cobertura Nacional
Muestra y margen de error En total fueron consultadas 400 personas, con un 95% de confianza. El margen de error 4,9.
Trabajo de campo Octubre, 2012.
Fuente: El Financiero