Pesé otra vez. Tras un año y dos meses desde que el hoy presidente, Ricardo Martinelli, y su vicepresidente, Juan Carlos Varela, sellaran el “pacto de Pesé” –alianza que los llevó al poder–, esta pintoresca población de Herrera, considerada el bastión político de los Varela, volvió a ser el escenario de un nuevo acontecimiento político.
Allí se realizó el Consejo de Gabinete de ayer martes, cuando el futuro del Partido Panameñista, colectivo que dirige Varela, atraviesa por una crisis interna que amenaza con alejarlo de la directiva.
El acto se desarrolló en la hacienda San Isidro, donde la familia Varela procesa la caña, fabrica el seco y añeja su ron. Allí, el flamante vicepresidente de Martinelli dio la bienvenida a sus colegas y recordó el papel que jugó este lugar para concretar la hoy gobernante Alianza por el Cambio.
De hecho, ayer, mientras el Presidente y su equipo debatían sobre el futuro del país, se veían las galeras de añejamiento y se podía oler el ron. Fue en la hacienda San Isidro donde el 27 de enero de 2009, Varela se despidió de una de sus más grandes ambiciones: ser Presidente de la República; ese día cedió su candidatura presidencial a Martinelli, a cambio de la vicepresidencia, y con la promesa de que en 2014, él sería el candidato presidencial de la alianza.
CANDIDATO
De hecho, ya Martinelli ha dejado ver los primeros indicios de que así será: en una reciente reunión con alcaldes y concejales del país, el Presidente dijo que el próximo candidato presidencial será panameñista.
¿Será Varela? Para lograr este cometido, primero el vicepresidente tendrá que ajustar las piezas del rompecabezas de su partido, colectivo que hoy tiene 243 mil adherentes. Ya Varela dio muestras de que su maquinaria funcionó al ganar las primarias de su partido en julio de 2008. Incluso, algunos apuntan a que buscará reelegirse como presidente del partido.
Alcibiades Vásquez Velásquez, vicepresidente del panameñismo, ya lo da por hecho. Este lunes aseguró que el también canciller buscará la reelección en una contienda interna que se celebraría en 2011. “Tiene oportunidad porque cuenta con amplio apoyo dentro de las estructuras del partido”, aseguró.
No será una tarea fácil para Varela. Los constantes reclamos de puestos políticos, la migración de sus miembros a su aliado Cambio Democrático, y las críticas de viejas figuras panameñistas por el inactivo papel que ha tenido en los últimos meses, son una gran piedra en el zapato. Él dice que serán las bases las que decidirán el rumbo del panameñismo. “Aún falta mucho por recorrer”, dijo ayer, al tiempo que aseguró que aún no ha decidido si buscará la reelección como presidente de su colectivo.
LOS RIVALES
También tendrá que enfrentarse a los dardos de sus copartidarios que pretenden tomar el control del panameñismo. Por ahora, el más beligerante ha sido Luis Alejandro Posse, quien a finales de febrero pasado aseguró que están “desilusionados” y “decepcionados” porque no sienten que los principios panameñistas se vean reflejados en el actual gobierno.
Pidió la renuncia de Varela, y no descartó que busque tomar las riendas del partido de Arnulfo Arias.
Otro que además estaría en carrera es el ahora directivo del Canal Marco Ameglio, el mismo que no logró vencer a Varela en la contienda interna del 29 de julio de 2006 ni en las primarias de julio de 2008, en las que el vicepresidente se quedó con la candidatura presidencial del panameñismo.
También tendrá que vencer la fuerza política de la ex presidenta de la República Mireya Moscoso (1999- 2004), la misma que en el pasado hizo una alianza coyuntural con Ameglio para alejar temporalmente a Varela de la cúpula del panameñismo. Aunque ha dicho que su partido no está en crisis, la ex presidenta reconoce que hay mucho descontento en las filas del colectivo.
Mientras, fuentes políticas aseguran que Alberto Vallarino, considerado el ministro estrella del Gabinete de Martinelli, también quiere tomar las riendas del colectivo político. Vallarino, quien fue candidato presidencial en 1999 contra Moscoso, no ha abandonado su proyecto de ser el mandamás del Palacio de las Garzas.
Por ahora, la última encuesta de la firma Unimer, elaborada para este diario, le da una ligera ventaja al empresario del ron. Tiene el 62.3% de popularidad, mientras que Vallarino cuenta con el 55.5%. Varela es el tercer ministro más popular, y Vallarino, el cuarto. Los dos primeros lugares lo ostentan la ministra de Educación, la periodista Lucy Molinar, y el ministro de Desarrollo Social, Guillermo Ferrufino, un presentador de televisión al que recientemente Varela le llamó la atención por la demora en el pago a los beneficiarios del programa “100 a los 70”.
Fuente: La Prensa. 2010