Un 96% considera que congresistas actuaron mal al pretender aumento
Legisladores con solo 20% de opinión favorable, la más baja en dos décadas
Si a algún diputado le queda duda del error político que cometieron en el Congreso al pretender aprobarse un aumento salarial apenas al comenzar sus funciones, el siguiente dato puede aclararlo todo: el 96% de la población condena ese intento.
Solo dos de cada 100 costarricenses creen que los legisladores actuaron bien al procurarse un incremento del 80% para aspirar a recibir ¢4,3 millones mensuales, ¢1,8 millones más que ahora.
La encuesta más reciente de la firma Unimer puso números a lo que se suponía desde que diputados de cinco bancadas, incluidos los oficialistas del Partido Liberación Nacional (PLN), intentaron aprobarse el incremento.
El proyecto se desinfló cuando la presidenta Laura Chinchilla echó marcha atrás con el apoyo que había dado desde el principio al proyecto. Tras decir que el ajuste le beneficiaría a ella por vía indirecta, anunció que lo vetaría. Entonces la fracción oficialista desistió y las otras bancadas quedaron resentidas.
Los partidos Acción Ciudadana (PAC) y Frente Amplio fueron los únicos que rechazaron el aumento desde el primer día; después otros legisladores se fueron distanciando de la idea al entender que numerosos sectores, desde sindicatos hasta cámaras empresariales, la repudiaban.
Y no era por la forma, ni por el momento. La mayoría de los costarricenses, un 96%, cree que el salario de los diputados debe quedar tal cual está. Solo un 3% de los encuestados apoya un alza, según las respuestas recogidas en la última semana de julio, con una muestra de 1.210 encuestados y un margen de error de 2,8 puntos.
La oposición al incremento salarial es tan amplia que se impone en todas las categorías por género, edad, procedencia geográfica o simpatía partidaria.
Un mal arranque. La alta prioridad que la mayoría de diputados dio al proyecto de ajuste salarial y la fuerte condena popular a esa idea solo puede tener una conclusión: una mala opinión generalizada sobre el trabajo de los diputados en sus primeros cuatro meses.
Solo uno de cada cinco entrevistados tiene un criterio favorable sobre el Congreso. Ese 20% es el porcentaje más bajo registrado en los arranques legislativos desde 1998, de acuerdo con los registros estadísticos de Unimer.
Hace cuatro años, por ejemplo, un 40% de la población emitía opiniones positivas sobre los diputados de entonces, también a menos de cuatro meses de funciones.
En ese momento no había grandes avances, pero tampoco se enredaron con proyectos tan impopulares, como lo admite ahora la presidenta Laura Chinchilla. Ese tema es “una sombra negra, una maldición” que se tiende sobre la imagen de los parlamentarios, opinó la mandataria la semana pasada.
Fuente: La Nación