La campaña política de “el menos malo”, protagonizada por Luis Fishman del PUSC, fue catalogada por los electores como la peor de las que participaron en las elecciones recién concluidas.
Según una encuesta telefónica realizada por la empresa Unimer el día de los comicios, por encargo de La Nación, un 37% del electorado emitió ese criterio.
Después del mensaje de Fishman, los consultados ubicaron en segundo lugar a la propaganda del aspirante libertario Otto Guevara, con un 31%.
Un total de 2.471 personas expresaron su opinión sobre las campañas políticas. En este caso, el margen de error es de un 2 puntos porcentuales.
En tercero y cuarto lugares, quedaron los mensajes de Ottón Solís (PAC) y de la presidenta electa Laura Chinchilla (PLN), con un 9% y 8%, respectivamente.
Fishman comenzó su campaña en octubre con el eslogan “Fishman me da seguridad”. Luego, el 8 de enero, irrumpió en la escena política con el inédito mensaje “el menos malo es el más bueno”.
En ese momento, el candidato tenía un 6% de la intención de voto en las encuestas, superado por otros tres aspirantes.
El socialcristiano alegó que la campaña tenía como objetivo atraer a los electores que estaban desencantados con los partidos políticos y los candidatos.
“Cuando la gente me manifiesta que no le gusta ninguno, mi insistencia es que participen aunque sea por el menos malo; siempre habrá alguien que es menos malo. Cuando uno es el menos malo es el más bueno”, sostuvo Fishman durante la campaña.
A finales de enero, incluso frenó la publicación en televisión de unas imágenes en las que aparecía un hombre vestido como bebé. Estas solo salieron en Internet.
Finalmente, el candidato del PUSC obtuvo alrededor del 4% de los votos válidos para presidente y quedó en la cuarta posición.
Según un estudio de la firma Media Gurú, Fishman gastó ¢712 millones en la campaña política, incluso más que Ottón Solís, quien usó ¢653 millones.
Crítica por sectores. En el gran área metropolitana, casi un 40% estimó que la campaña de Fishman había sido la peor y, fuera del centro del país, un 30% tuvo ese criterio.
Por edad, el grupo más molesto con el aspirante del PUSC fue el que tenía entre 25 y 29 años. Más de la mitad de esas personas lo señalaron como el peor, seguido del grupo de 30 a 39 años, con casi un 40%.
Incluso, un 20% de quienes votaron por Fishman estimó que su campaña fue la más mala.
En cuanto a simpatías partidarias, los más duros con el socialcristiano fueron los seguidores de Ottón Solís y de Otto Guevara. En cada caso, un 46% de ellos señaló a Fishman como el peor.
Entre los partidarios de Chinchilla, en cambio, la mayor de las críticas fue para la campaña de Guevara con un 39%, seguida de la de Fishman, con un 33%.
El libertario difundió mensajes que criticaban directamente a la entonces candidata del PLN.
Chinchilla tuvo la mejor. En este período electoral, Solís recurrió a marionetas para criticar a sus rivales, Chinchilla usó la Patriótica Costarricense en sus anuncios y Guevara empleó semidesnudos para referirse a la inseguridad ciudadana.
Entre ese abanico de mensajes, para los electores la mejor campaña fue la de Laura Chinchilla. Esa fue la opinión de casi el 41%.
El segundo lugar lo ocupó la propaganda de Solís con un 15% y el tercero la de Guevara, con poco más del 14%. Solo un 4% calificó el mensaje de Fishman de mejor.
En la encuesta, también sobresale un grupo de personas que estimó que ninguna campaña merecía el calificativo de ser la mejor. Ellos constituyen el 25%.
Según el mismo estudio, menos de la mitad de las personas (un 46%) aseguraron haberse sentido satisfechos o muy satisfechos con la campaña electoral.
Otro 34% dijo estar entre insatisfecho y muy insatisfecho, mientras que el restante 18% dijo estar en una posición intermedia.
Fuente: La Nación